Capitulo 4.

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Capitulo 04:

Park SungHoon

Entro a mi salón exactamente a las díez y media de la mañana, tomo asiento en uno de los últimos pupitres junto a una de las ventanas que dan al patio tracero del instituto. El viento golpea contra mi rostro causando que cierre mis ojos, pero no duran mucho tiempo así, los abro en cuando oigo su risa.

—¿Ahora qué haces ahora, JaeYoon?

Mi voz se pierde entre los sonidos del edificio, siendo solo un ligero susurro. Y se me hace imposible no formar una pequeña sonrisa en el momento exacto en el que el Australiano junto a JungWon, comienzan a bailar de un modo extraño frente a Riki, quién solo niega y tapa sus ojos.

—¿Te gusta Jake?

Vuelvo la mirada al frente al escuchar la hostilidad en su voz. Sus ojos me miran con frialdad, tanta que no se ve ningúna emoción en ellos. Está bien, tampoco me importa agradarle en lo absoluto.

—¿Disculpa?

—¿Te gusta Jake, Park? —insiste de nuevo, dejando ambas manos mi mesa e inclinando su cuerpo hacia adelante.

—La palabra gustar es relativa, Youngbin. Deberías ser más claro con tus preguntas.

—Romántica —dice aquella aclaración de manera arisca, como si el hacerlo, le lastimara. 

—JaeYoon es una buena persona; dulce, amable, divertida, pura, sabía y de gran corazón, lo noté la primera vez que hablamos. No lo conozco lo suficiente para que los sentimientos que temes encontrar en mí, florezcan.

Una pequeña sonrisa se instala en mis labios. Quizás es la costumbre de sonreír bajo presión, o no, a lo mejor solo lo hago porque por un lado se que le molestará.

No logro comprender a las personas cómo él. Creen que pueden meterse en la vida de los demás, impedirles cosas e imponerles otras, que pueden controlar su sentir y su pensar.

—¿A ti te gusta JaeYoon? —pregunto luego de haber estado unos segundos en silencio.

—No me gusta Jake —responde tan rápido que casi no logro comprender— es mi amigo. Solo busco cuidar de él.

—Bien.

—Genial.

—Magnifico.

—Perfecto.

—Espléndido.

Ambos nos vemos fijamente sin decir ni una sola palabra. Ninguno aparta la mirada. Ninguno tiene la intención de hacerlo y en cambio, cada vez nos observamos con más intensidad, como si al final, eso causara que el otro desapareciera.

—No me agradas, SungHoon.

—No me conoces, no sabes nada de mí. Las personas necesitan argumentos para decir algo así, ¿no? O al menos las personas de buen corazón.

—Es difícil no conocer al menor de los perfectos, apuestos y talentosos  Park's. Toda la escuela sabe quienes son tus hermanos y quién eres tú, cómo su padre es el principal inversor, cómo su madre es la mejor amiga de la directora Choi, como son la familia perfecta, con vida perfecta. Y tú, el famoso estudiante de Decelis, el famoso campeón nacional de patinaje sobre hielo, el amable y fantástico Park SungHoon, simplemente no me agradas.

BonhomieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora