Capítulo 14

1.4K 81 28
                                    

•|7 de septiembre de 2020, Mónaco|•

- ¿Estás segura de que a Dan no le importará? - Pregunta Carlos por millonésima vez mientras nos adentramos en la casa una vez que al fin todas las cosas están dentro.

- Él ni siquiera estará. Además, eres el único piloto que se ha ido de Italia... - hago una mueca y él me medio sonríe.

- Si estoy aquí es porque quiero estar con vosotras. No me importa si tengo que coger tres aviones en vez de uno - dice tomando mi mano y acariciando mis nudillos.

El nivel de concentración que tengo que usar para no morirme de amor ahora mismo debería ser ilegal.

- Bueno... ¿Tienes hambre? - Inquiere al ver que me he quedado paralizada.

Creo que mi reacción le ha asustado. Soy idiota.

- Sí, claro. Y ya es la hora de comer de Dani - recuerdo yendo hacia el salón, donde Daniella duerme en su parque-cuna.

Escucho los pasos del español a mi espalda y suspiro cuando se pone a mi lado, ambos viendo a la niña.

- Es preciosa, Al - susurra el hombre junto a mí. - Como su madre... - añade haciendo que yo me sonroje y lo mire.

Veo cómo él me observa con una sonrisa de oreja a oreja, sin una pizca de burla o mentira en su rostro. Lo dice de verdad y aún así me cuesta creerle.

- Estás guapísima cuando te sonrojas - comenta riendo un poco, y yo sólo quiero que se me trague la tierra.

Debo estar tan sonrojada que debe resultar cómico. Nunca han sido tan agradables conmigo, ¿qué debo hacer cuando un hombre lindo me dice cosas tan lindas?

- Carlos... - murmuro apartando la mirada de esos hipnóticos ojos cafés.

- Así me llamo - responde burlón. - ¿Qué pasa contigo cada vez que te digo algo bonito? ¿Nunca te han dicho cosas lindas? - Inquiere con diversión pero algo exasperado.

- No así, no como tú lo haces - consigo decir sin tartamudear.

- ¿Y cómo lo hago yo? - Presiona consiguiendo que le mire.

"Con un acento tan sexy que lo único que quiero es que me folles", pienso.

- No sé, contigo es... Diferente - respondo apartando los pensamientos indecentes de mi mente.

- ¿En qué sentido? - Insiste, y noto que realmente le divierte la situación.

Carlos Sainz es un tímido caballero, pero también es un cabrón arrogante. Honestamente, no sé cuál de esas dos facetas me prende más.

- Pues... - las palabras de mi amiga cruzan mi mente. - Tú sí me gustas - admito sonriendo, aunando todo el valor que consigo para no desmayarme tras la confesión.

No. Ser valiente no es lo mío. Pero hala, ya lo he dicho. Y merece la pena sólo por la cara de sorpresa de Carlos. Creo que se le van a salir los ojos de abrirlos tanto.

- Vaya - suspira él, sonriendo y sonrojándose. - Entonces es mutuo - dice con calma, haciendo que mi corazón se detenga en mi pecho.

No es la primera que admite que le gusto, pero no me importa, me seguiré emocionando igual cada vez que lo diga.

- Genial - asiento mirando a Dani para no tener que mirar más al español.

Me volveré loca si me sigue mirando así, de esa forma tan penetrante y observadora que me hace sentir pequeña y débil a su lado. Vulnerable, es la palabra correcta. Con Carlos me vuelvo vulnerable, y, cuando no eres la persona más fuerte del mundo, eso es mil veces peor. Las pocas defensas que tengo, las derriba con tan sólo una mirada, y eso me asusta. Me asusta porque me da miedo qué tan fuerte sea el golpe luego si esto acaba mal.

¿Me Elegirías A Mí? #2Where stories live. Discover now