El Omega Wei Wuxian llega para estudiar al Receso de las Nubes. Se supone que jamás debe dejar que nadie sepa que él no es el Beta que Madame Yu presentó al mundo. Sin embargo, al final fracasa estrepitosamente en ocultar su naturaleza Omega. Se rom...
Este capítulo contiene: La preparación para la Ceremonia de Bienvenida oficial, Wei Wuxian consigue un nuevo amigo y se encuentra con Lan Wangji de nuevo.
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Por la tarde, llegó el momento de la Ceremonia Oficial de Saludos. Todos los discípulos invitados de cada secta fueron invitados a la sala de conferencias principal para presentar sus saludos y regalos a los ancianos y maestros de la secta Gusu Lan que estarán a cargo de ellos durante el año.
Wei Wuxian se encontró con Jiang Cheng delante del edificio. Jiang Cheng le saludó con el ceño fruncido: "Wei Wuxian, llegas tarde".
"Lo siento, lo siento, Jiang Cheng, he tardado más de lo previsto en comer la insípida comida de la secta Gusu Lan, necesita más especias", respondió Wei Wuxian. "Es tan fácil engañar a Jiang Cheng", pensó y sonrió, "si fuera tan fácil con todos los demás".
"Es cierto, deberíamos ir a buscar algunas especias más tarde", convino Jiang Cheng. Su expresión se volvió seria: "No te pongas en evidencia y pierdas cara de la secta Yunmeng Jiang, te enviarían de vuelta al Muelle del Loto y qué voy a hacer yo aquí sola durante todo el año".
"Haré todo lo posible", juró Wei Wuxian. "Realmente no quiero que me envíen de vuelta", tuvo un ligero pánico interno, "no quiero ni imaginar lo duro que sería el castigo de Madame Yu si eso ocurriera. Y probablemente nunca me dejaría salir del Muelle del Loto de nuevo, fue tan difícil convencerla de que me dejara ir esta vez."
"Bien", asintió Jiang Cheng. "Entremos".
Cuando entraron, vieron filas de mesas bajas con utensilios de estudio preparados. Algunas de ellas ya estaban ocupadas por otros discípulos de la secta. Como era apropiado para un heredero de la secta, Jiang Cheng se sentó en una mesa cercana a la plataforma elevada en el extremo más alejado de la sala de estudio donde se sentaban los profesores durante las clases. No había ninguna mesa libre al lado de Jiang Cheng, así que Wei Wuxian eligió la mesa que estaba justo detrás de él y se sentó cuidadosamente con la espalda perfectamente recta.
La sesión de disciplina de Madame Yu justo antes de que salieran del Muelle del Loto fue especialmente dura para recordarle que debía comportarse correctamente y para castigarle de nuevo por haber eclipsado a Jiang Cheng durante el entrenamiento con la espada. Madame Yu le hizo llevar el cinturón de castidad más ajustado que tenía en su colección, equipado con pinchos en el interior. Fue un infierno para Wei Wuxian.
Luego lo azotó con Zidian hasta que ya no pudo mantener la posición de rodillas y cuando cayó al suelo, activó una maldición sobre él. Durante una noche y un día, se retorció con un dolor increíble, sintió como si una lava ardiente recorriera sus meridianos. Por supuesto, con tanta lucha, había agravado bastante las heridas de su espalda y de la parte posterior de sus pantalones. Aunque ahora ya no sangraban, seguían irritándose con el más mínimo roce de su ropa. Pero Wei Wuxian estaba acostumbrado a sentir dolor y no dejaba que se le notara en la cara, ocultándolo con una máscara de risas y sonrisas como de costumbre. Sin embargo, sus movimientos eran apenas perceptiblemente rígidos, su postura un poco demasiado rígida.
