Capítulo 15.25.

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— Ya llegué —anunció Aylin, sin mucho interés, mientras se quitaba los zapatos.

La chica ni siquiera pudo alcanzar a ponerse sus sandalias de tiburón cuando dos pequeñas figuras se le lanzaron encima, casi tacleándola.

— ¡Hermana, ya llegaste! —exclamó Thoma, muy emocionado.

— ¡Tengo hambre, dame mi desayuno! —por su parte, Yona se quejó a penas la vio.

Suspiró al escuchar a Yona exigiéndole comida nada más llegar ¿Qué hacían despiertos tan temprano? Normalmente dormían hasta las 7 am— Bien, les haré el desayuno.

Se había librado de hacer la cena, pero no pudo librarse de hacer el desayuno. Bueno, algo era algo, ¿No?

— Bien, ¿Cuánto te tengo que pagar? —le preguntó a la niñera mientras esos dos estaban comiendo su desayuno en la mesa.

Estuvo fuera por doce horas. Mary no cobraba particularmente caro, pero fueron 12 horas y eran dos niños a los que cuidar, si ella tuviera que pagar el monto final probablemente no hubiera salido.

‹Ja, esos dos se van a enojar mucho› pensó con cierta satisfacción mientras Mary y ella hacían la cuenta de cuánto dinero era.

— Aylin ¿Ya llegaste? —preguntó Amber asomándose por el pasillo. Como era de esperar de una protagonista, a pesar de que acababa de despertar lucía como si acabara de salir de la peluquería.

Puso mala cara al verla, mientras esperaba que la app del banco se dignara a funcionar para hacer la transferencia— Te fuiste y no me avisaste —le reclamó.

Amber había sido la que la obligó a ir a la fiesta en primer lugar, incluso si planeaba quedarse ahí le hubiera gustado que le enviara un mensaje de que llegó a casa al menos.

Técnicamente su rol en este libro era ser la niñera de Amber, quien no sabía cocinar, lavar la ropa ni nada en realidad. Su padre, después de verla quemar una sartén cuando intentaba hacer un huevo frito, decidió que su hija necesitaba una niñera y ella fue la "afortunada" por la amistad de sus padres con él.

— Oh...—Amber desvió la mirada, un tanto avergonzada al recordar eso— Yo... cuando Samantha hizo una escena de celos, me sentí muy humillada y me fui. Por eso lo olvidé...

—...—suspiró, de seguro se fue llorando de la escena aun cuando ella no fue con quien Samantha discutió ‹Que molesto es ser niñera de una Mary Sue› pensó, viendo que la app por fin se dignó a funcionar para efectuar el pago.

Al ver que Aylin no respondió, Amber se puso nerviosa y siguió hablando— Pero, si volviste a esta hora es porque estabas divirtiéndote, ¿No? —intentó librarse del regaño por olvidar hacer algo que Aylin le había pedido que hiciera.

— Dormí con una chica —admitió, sin despegar su mirada del celular.

— ¿Qué...?

Amber y Mary se le quedaron mirando raro cuando dijo eso como nada, de seguro pensando que no fue "ese" dormir.

‹Aunque hice ambos "dormir" anoche› pensó, viendo el comprobante de transferencia aparecer en su pantalla— Listo, ya puedes irte —le mostró el comprobante a Mary.

— Sí... tengan un buen día.

Al ver que Mary estaba nerviosa por lo que dijo sintió ganas de reírse. No, ella tenía estándares y dicho estándar decía que no iba a hacer algo así con alguien a quien necesitara, como Mary, quien era la niñera de sus hermanos; era buena niñera, a Thoma le caía bien, así que no había forma en que se arriesgara a poner en peligro su relación laboral con ella.

Sin embargo...

— ¿Con quién fue?, ¿La conozco?, ¿Es de nuestro grado? —Amber comenzó a bombardearla con preguntas, muy curiosa por la persona con la que durmió anoche.

Rodó los ojos, decidiendo ignorar sus preguntas.

No había forma que le dijera que durmió con Samantha porque posiblemente iba a pensar mal y no tenía ganas de que, de todas las personas, la protagonista de este libro supiera algo así. De seguro la información se distorsionaría y los lectores terminarían pensando algo raro.

Aunque la personalidad de Aylin era bastante juguetona y burlona, al punto en que si alguien que no fuera Amber le preguntara algo así de seguro respondería de manera atrevida, el hecho es que con Amber nunca era así. El responder a esas preguntas de Amber de la manera en que le gustaba hacerlo podría levantar una bandera con ella y no había manera en que quisiera ser parte de ese muy extraño pentágono amoroso suyo, para eso estaban ya Verónica y William.

Sin embargo Amber, tan densa como sólo podía serlo una protagonista de estos libros, no entendió que no quería hablarle de eso, así que decidió responder.

— Ya detente —la apuntó con la cuchara que tomó del cajón, frunciendo ligeramente el ceño— No es como si me hubiera enamorado de alguien en esa fiesta —sentenció, tomando la bolsa de chocolate en polvo y echándole unas cuantas cucharadas a su café— A este punto ni siquiera recuerdo su nombre, aunque no es como si eso importara —le restó importancia, revolviendo el contenido en la taza.

Su papel en este libro era el de ser la niñera de la protagonista, algo así como el papel de los sirvientes y mayordomos en las series y películas, y la verdad es que prefería que se quedara de esa manera. Este mundo no estaba interesado en ella y estaba bien con eso.

— Ahora, ¿Quieres algo especial para desayunar? —le preguntó, dándole un sorbo a su taza.

Estoy a favor de la villanaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant