Capítulo 22.5.

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[Advertencia: este capítulo contiene temas e imágenes que pueden herir la sensibilidad de los lectores. Se recomienda discreción.]

— Chica, ¿Por qué vistes un gambesón como si fueras del medioevo? —cuestionó Merry, viendo con curiosidad la ropa que traía Aylin.

Aylin se encogió de hombros, desabrochándose las correas del gambesón— Se ve genial —fue toda su respuesta.

— Eh, espera, ¿Conoces el nombre de eso? —le preguntó Melissa a su hermana, confundida al saber que esa cosa tenía un nombre. A sus ojos sólo parecía un abrigo acolchado un tanto extraño.

Merry asintió— Lo estudié en la historia de la moda, es un gambesón. Y...—dudó, sin saber muy bien cómo decir lo siguiente, así que sólo lo dijo— Bueno, básicamente es una armadura.

— ¿Ah?

Los gambesón eran, en resumen, una armadura acolchada que las tropas comunes usaron en la guerra durante una parte importante de la edad media. La cota malla no era barata, así que muchos soldados sólo podían pagar un gambesón y esa era toda su armadura, así que el gambesón, por su precio asequible, fue usado por muchos siglos como armadura durante las guerras.

‹Tiene razón›. Pensó Aylin, doblando el gambesón, dejando al descubierto la camisa blanca que estaba usando, la cual sí era de esta era. Esto era, en esencia, una armadura, pero también era un abrigo calentito y cómodo con un aire nostálgico de una época oscura, pero... la verdad es que era sorprendente que esta mujer siquiera recordara el nombre; hace siglos se había dejado de usar, de no ser por sus memorias ella ni siquiera sabría que esta prenda existía.

Melissa estaba un poco confundida al escuchar que ese abrigo era, en realidad, una armadura antigua. ¿Por qué una chica de dieciséis estaba usando algo así...?

— Bueno, creo que no es mala idea intentar con ropa de esta época, ¿No es así? —sonrió, poniéndole la mano en el hombro.

Incluso con un estilo descuidado o de hace varios siglos, Aylin se veía bien, así que de seguro se vería mucho mejor con algo más acorde a su edad y al siglo en que estaban.

— No se preocupe, princesa. Los vestidos que están aquí son una pequeña fracción de lo que estamos trabajando actualmente.

Sí, esto era un poco nostálgico...

— Señora Melissa —la llamó, viendo a la madre de Samantha y a la hermana de esta hablar de cómo le quedaba la ropa que le habían hecho probarse.

— ¿Qué pasa, querida? —sonrió la mujer. Tal como pensó, esta chica, que se veía bien incluso cuando no está bien vestida, ahora se veía deslumbrante con una ropa que sí era adecuada para ella.

Aylin desvió la mirada. Esa sonrisa ¿Era de compasión o de burla?

— Yo... No debería usar estas ropas...

— ¿Eh? ¿Qué estás diciendo? —cuestionó Merry, dándole una mirada llena de incredulidad a la chica—, se ven muy bien en ti —aseguró, siendo apoyada de inmediato por su hermana mayor.

La chica rió un poco, intentando controlar su nerviosismo— Esta ropa es demasiado linda para mi... Y no tengo dinero para poder comprarla...—admitió, recordando que sólo vino a comprar un par de cosas menores, no tenía siquiera planeado poner un pie dentro de una boutique— No quiero que se desperdicie en mi...

Aunque ahora mismo tenía más sangre real que cuando tenía un título nobiliario, y su apellido actual era reconocido en el mundo de los negocios, el hecho es que todo eso sólo era una anécdota curiosa sobre su persona. Ella no había nacido con una cuchara de oro en la boca, todo eso no era más que un adorno sin valor real, como su propia vida.

Estoy a favor de la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora