Capítulo 34.

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Yo iba a subir esto ayer, pero me dormí xd

Disfruten, yo sé que lo disfrutaran uwu

***

Recientemente el clima ha estado agradable, la nieve se había detenido para conveniencia del guion, pues la autora no quería lidiar con esta, no sabía manejarla pues en su país no nevaba, pero en la televisión culpaban al cambio climático.

‹Eso es más fácil›. Pensó Aylin, acomodándose la bufanda.

Le gustaba salir a caminar en las noches. El toque del viento fresco se siente muy bien y era algo que la ayudaba a su situación.

Atrapada.

Esa era la única forma en que podía describir cómo se sentía al tener que volver con Amber, a esa casa que ya había sido reparada. Si hubiera podido se habría quedado en la granja de los McDonald, pero no pudo, el mundo no la dejó.

‹Sólo déjenme en paz›.

Sus acciones la habían atado a este mundo como un personaje secundario, pero, incluso tuviera la oportunidad de rehacer todo desde el comienzo no lo haría.

‹Las respuestas serán exactamente las mismas, ¿No? ›. Pensó con cierta acidez. Intentarlo era inútil, sabía muy bien que nada cambiará. ‹A la gente como yo no le gusta cambiar›.

Las cosas seguirían igual que cuando Thoma y Yona volvieran, pero... ahora ella estaba atada a este mundo.

‹Lo odio›.

Odiaba este mundo y lógica de este, casi tanto como odiaba la actitud que Amber estaba tomando.

— ¡Aylin, vamos, vamos, juguemos esto! —le pidió, jalándola del brazo.

Ella sólo la obligó a ir con ella al centro comercial porque necesitaba comprar algo, pero era seguro era sólo una excusa para un "evento". Era un hecho que se encontrarían con Matthew o William.

‹Ni siquiera pediste mi opinión antes de hacerme venir›. Pensó con amargura mientras veía a la protagonista. Ella sólo ignoraba su opinión e insistía con lo que ella quería aun cuando le dijo que no quería.

Y, ahora que lo pensaba, ¿Sólo iban a hacer como si ese bicho que rompió la casa no existiera?

— ¿En serio esto está bien...? —le preguntó, eligiendo un número al azar de la ruleta.

— ¡Claro que sí!

Suspiró— Bien...

Amber no se daba cuenta de nada, estaba segura que si comenzara un tiroteo no se percataría de eso...

‹Autora, no lo hagas›. Pensó, no queriendo ver una masacre delante de ella, el olor a sangre era pesado y esos ojos sin vida eran tenebrosos.

— Segundo premio —dijo el que estaba dando los tickets.

¿Y qué era el segundo premio...?

Entradas para el cine.

‹Lo sabía›. Pensó, mirando los tickets mientras Amber celebraba haber ganado.

— ¡Es la primera vez que gano algo! —sonrió la protagonista antes de tomarla de los hombros— ¡Vamos, quiero ver una película!

— Por favor, no...

Pero sus palabras fueron ignoradas y sólo la arrastraron al cine a ver una película que ni siquiera quería ver.

‹Sáquenme de este libro...›.

Estoy a favor de la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora