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Era una tarde noche muy fría y obscura en Qinghe. La gente comenzaba a ir a sus casas, otros tantos a beber porque eran afortunados y no tenían trabajo al día siguiente...

Y en uno de los grandes edificios del centro de la ciudad, se encontraba él.
Jiang Cheng, un chico de padre de Yunmeng y madre de Gusu cuyo presente se resumía en miseria.

Trabajaba como secretario en una compañía de finanzas y vivía solo en Qinghe.

Sus padres, el señor Jiang Fenmiang y la señora Yu, vivían en Lanling, junto a su hermana menor, Jiang Yanli.

Él había dejado de verlos por mucho tiempo, hacía años que no los veía más que de vez en cuando por videollamada, cuando tenía tiempo y no volvía muerto del trabajo.

Su vida se basaba en levantarse a las 6 de la mañana para arreglarse e irse a trabajar, afortunadamente no vivía lejos, y su compañero de piso, Wei Wuxian, trabajaba junto a él.

Wei Wuxian era un chico de Yiling que había llegado a Qinghe sin querer, pero le había gustado y se había quedado. Se conocían por años, y eran mejores amigos, se contaban absolutamente todo. Cómo que Wuxian estaba saliendo con uno de los jefes de la empresa a escondidas de todos.

Wanyin no solía salir con nadie, porque sus últimas citas se basaban en "Perdóname que te lo diga, pero estás buenísimo" o "Y de aquí que hacemos, tengo el departamento libre" y si él quisiera follar, podría conseguirlo y con mejores personas. Así que no salía con chicos, su última cita había sido hace 6 meses, y su último novio lo había tenido hace tres años.

El castaño se sentó cansado en su silla esperando que dieran las 8 para poder irse a casa. Estaba cansado, su jefe había renunciado hacía 4 días y a él le habían exigido más de lo que usualmente por culpa de esto. Ya le habían corrido los rumores de que un nuevo jefe venía en camino pero a él no le emocionaba en absoluto. Solo quería que dejasen de presionarlo con las entregas de documentos.

Apagó su computadora, se recargó en la silla y se talló los ojos. Su padre le había heredado muchos rasgos parecidos. La nariz pequeña, los ojos grises y el cabello oscuro. Aunque poseía los labios de su madre al igual que los grandes ojos.

Era un chico bonito, no necesitaba arreglarse demasiado, ni ejercitarse más. Con las escaleras que subía y bajaba todos los días le era suficiente para mantenerse en forma y con buen físico. Sin contar que había desarrollado unas pantorrillas de acero y un trasero envidiable. Tenía sus ventajas eso de matarse en el trabajo.

— ¿Nos vamos? —salió Wei Ying  de la nada sorprendiendo al ojo gris.
— Aún no son las ocho —respondió asegurándose de tener razón mirando una vez más el reloj de la pared. Efectivamente, faltaban 15 minutos más.
— Bueh, ya no hay nadie, no creo que nos la vayan a hacer de pedo —alzó los hombros, Wanyin se había acostumbrado ya a los modismos típicos de su amigo, algunos incluso se le habían quedado pegados.
— A ti te importa un cacahuate el trabajo, Wei Ying . Cómo te estás follando al serio éste, sabes que no te van a correr, ¿pero a mí? —se apuntó a sí mismo— ¿A mí quien me ampara? —rió.
— Lan Wangji  te contrataría de nuevo si yo se lo pido —alzó los hombros— Jamás creí que me terminaría cogiendo a mi jefe —se sentó en el escritorio.
— ¿Sabes que hay cámaras aquí? —dijo El castaño, el chico pelinegro asintió
— Lo sé pero no graban audio —bajó del escritorio y le sacó la lengua en un gesto digno de un infante de cinco años. Esto provocó una risa en el chico de Yunmeng y acto seguido su reloj de mano emitió un sonido. Era hora de irse.

Se levantó cuidadosamente y tomó su bolso esperando a su amigo para bajar juntos por el elevador.

— uh, escuché que mañana llega tu jefe, al parecer llegó a Qinghe antes de tiempo y está dispuesto a trabajar desde mañana —dijo Wuxian una vez que ambos estaban en el ascensor— escuché a Lan Wangji  decir que venía de trabajar en Qishan, pero que era originario de un pequeño pueblo a las afueras de aquí, de Qinghe. —alzó los hombros.
— sabes que me da igual. Honestamente, voy a extrañar a Wen RuoHan —recordó a su antiguo jefe, un viejecillo de unos 65 años que se había retirado.
— No quiero ser entrometido, pero lo poco que pude espiar al celular de Lan Zhan, es un hombre como de 30 años y apuesto —le guiñó el ojo a su amigo.
— Yo, a diferencia de ti —lo apuntó— no tengo intenciones de meterme con mi jefe, bastante difícil es mi ambiente de trabajo como para que además tenga que lidiar con un hombre tras de mí.
— Bueh, como quieras, pero solo te digo que si no follas se crean telarañas, y yo creo que tu culo debe ser el nido de Spiderman —soltó una carcajada. El elevador abrió las puertas. Ya casi no había personas, más que unos cuantos hombres, entre ellos el novio de Wuxian. Claro, siempre las llevaba a casa luego de la jornada de trabajo. Con dos motivos, el primero, contarle a Wei Ying sobre su día frustrante como una de las  cabezas de la empresa, y segundo para follar.

Demon - MingChengWhere stories live. Discover now