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Llegó a casa después de un pesado día de trabajo, había llevado papeles a casa porque mañana tendría que irse temprano con MingJue y no tendría tiempo de pasar a la oficina por ellos.

Abrió la puerta y sin decir nada entró a casa, ni siquiera a Wuxian y Wangji que venían con él en el coche les dijo nada.

Estaba preocupado por el viaje, porque solo ese día había sido muy incómodo, no se imaginaba pasar tres días iguales o peores que ese.

- deja, Lan Zhan, tengo que hablar con él yo, espérame aquí -escuchó a Wei Ying y luego lo vio entrar por la puerta de su habitación. Se sentó en la cama y lo miró, suspiró e intentó sonreír, no quería preocuparlo.

- ¿Qué te pasa? -le preguntó el chico y se sentó a su lado
- Argh, es que jamás debí darle entrada soy un maldito idiota -se dejó caer en la cama- Wuxian, ¿recuerdas que te conté que me besó el cuello al salir del bar aquella vez? -el pelinegro asíntió- pues al día siguiente... Es que no sé cómo pasó, pero nos besamos, me tocó y yo me dejé... Pero se lo tomó muy en serio y sé que es mi culpa -dijo mirando a la nada- ya le dejé claro que nada va a pasar, y hoy fue un día horrible, además de que no hablamos más que dos veces... Dios, fue fatal -se cubrió el rostro- y mañana me voy a Alicante con él por tres días, no sé cómo voy a resistir tanto tiempo -miró a su amigo al terminar.

El de Yiling tenía una sonrisa tremenda en el rostro, porque le provocaba gracia ver a su amigo tan preocupado por un tema tan simple.

- mi consejo es que te dez grasa -alzó los hombros- él quiere, tú quieres... Estarán en otra ciudad donde nadie sabrá que son compañeros de trabajo, ya está follatelo -le sonrió- así se dejan de traer ganas, porque sé que tú quieres cogertelo, y él... Bueno, creo que es obvio -soltó una risa- ahora, si me permites -sonrió- iré a casa de Wangji y como supongo que no te veré antes de irte -le dió un abrazo- llámame si necesitas cualquier cosa -murmuró y le beso la mejilla antes de irse.

Escuchó la puerta de la casa y como el silencio la agobiaba, a pesar de las palabras de Wei Wuxian, él seguía preocupado.

Pero decidió irse a dormir mejor, que nada ganaría con vivir imaginándose lo que iba a pasar cuando realmente... Todo podía pasar.



Nie MingJue se levantó con una sonrisa amplia en el rostro, ese día volvería a ver a Wanyin y además... Estarían solos, se había encargado de pedir en el hotel que el cuarto de ellos no fuese separado por completo, que los conectará una pared, para poder colarse cuando quisiera. Claramente no le dijo nada a Jiang Cheng porque sabría que no iría con él bajo esa condición.

Se puso un traje azul marino con una corbata roja. Se peinó el cabello y jaló la maleta, vivía en un apartamento bastante bonito y en una zona de ricos.
Avisó de su salida para que no dejaran entrar a nadie a su apartamento y tomó un taxi a casa del chico, Wanyin mismo le dió su dirección para que Nie MingJue llegara por él.

— espere aquí, no tardo —dijo y bajó del taxi entrando a la recepción del edificio.
Subió por las escaleras unos cuantos pisos hasta que el número 32 apareció en el conteo de las puertas.

Tocó dos veces y se alejó un poco de la puerta mirando todo, vivía en un lugar precioso.

La puerta se abrió y la cara del joven apareció, el mayor sonrió instantáneamente.

— Buenos días, precioso —dijo con una voz pícara.
— MingJue, déjate de tonterías, ahora voy. Pasa —rodó los ojos y entró en su casa, el mayor la siguió observando todo
— ¿Vives sola? —preguntó, Jiang Cheng seguía buscando por todas partes su suéter de vuelo. Era una prenda de la suerte, indispensable para viajar.
— No, con mi amigo Wuxian —respondió sin prestarle atención. Él seguía moviendo todo, seguramente Wei Ying le llamaría molesto por voltear el apartamento. 
— Ummm —soltó— Wuxian es el secretario con el que llegas, no? —Wanyin se levantó a verlo, ¿Cuál era el interés por él?
— Sí —dijo mirándolo fijamente
— ¿Es de Yiling no? —Jiang Cheng asintió— se le nota, está bueno —el chico lo miró furioso, era una falta de respeto que hablara así de él, y que lo hiciera frente a Jiang Cheng después de lo que había pasado entre ambos.
— Pues mejor será que ni te fijes en él porque está saliendo con Lan Wangji, tu compañero de trabajo —dijo por arranque, el mayor lo miró sorprendido y ahí Jiang Wanyin se dió cuenta del error que había cometido— MingJue —se acercó a verlo— MingJue por favor no digas nada, no quería contartelo se me escapó porque estaba molesto y ce.... —se calló, le tomó por los brazos— Te lo suplico, no digas nada —el pelinegro soltó una risa, lo tomó de la cintura pegándolo a él.
— no tienes que estar celoso de ningún hombre —murmuró contra su cara— De todos los que he conocido... Solo a ti te quiero ver desnudo y gimiendo mi nombre —el chico se asustó, se echó un poco para atrás y lo miró alterado
— MingJue por dios —miró a otro lado— no digas esas cosas —miró al suelo, apenado.
— lo siento pero es la verdad —se acercó de nuevo a él por la espalda— yo sé que no quieres meterte en problemas pero no tienen por qué haber problemas... —le besó el cuello— Wuxian y Wangji no tienen problemas, o sí? —murmuró
— no hables de ellos, por favor —lo miró de nuevo
— Pues si no quieres que hable de ellos... —lo pegó a él, teniéndolo tan cerca que podía olfatearlo— será mejor que cooperes conmigo —lo tenía dónde quería, así que le besó con brusquedad y sosteniéndolo contra él.

Demon - MingChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora