➛Capítulo 9 - Visitas

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—Debemos conseguir las llaves de la oficina del Alpha —ordenó Jisoo—. Cueste lo que cueste. Y estoy segura están en la habitación del padre de Lisa...

—¿Cómo estas tan segura de que la Joya no esta en su oficina?—susurró Jennie.

Sin embargo, no notó el ligero nerviosismo de Jisoo ante la pregunta.

—¿Dónde mas podría estar?

Ambas chicas se encontraban en la habitación de la pequeña Bruja, a la orilla de la cama.

A penas la pelinaranja sintió como Lisa se fue sin decir nada al amanecer, salió corriendo de esa habitación en busca de su cómplice. Ambas se encontraban en la habitación de la pequeña, donde el desayuno traído por Rosé descansaba a su lado.

—¿Sabes qué? No me quiero arriesgar, si nos atrapan en ese lugar y al final resulté que la bendita Joya no esté ahí, nos matarán —aseguró Jennie, mirando como Jisoo tomaba todo el desayuno y lo dejaba caer a la basura—. Eso se veía rico...

—No quiero nada que venga de ella—aclaró—. Me iré, y no quiero que... sufra. ¿Entiendes? Si no tenemos un acercamiento más afectivo, ella podrá vivir y ser una lobo solitaria por lo menos—se encogió de hombros—. Encontrar a otra solitaria tal vez, y juntarse con ella.

¿Entonces Jennie estaba condenando a Lisa?

—Respecto a la Joya, ¿no tienes algún... —miro sus manos, buscando alguna palabra—... hechizo? Algo así como un rastreador.

A la pequeña Bruja le brillaron los ojos, y una sonrisa creció como la de un niño al que le acabas de proponer una guerra de globos de agua. Pero esta no le duró mucho.

—Yo no puedo hacerlo conmigo misma Jen, necesito que contestes sinceramente a esto.

La pelinaranja frunció el ceño confundida.

—¿Qué preguntas?

La Bruja tomó ambas manos de la pálida chica, y cerró lo ojos. Parecía estar tan serena, pero a la vez alerta.

—¿Qué es lo que más quieres en este mundo?

La pregunta la dejo aturdida, y trago saliva con pesadez.

—Libertad.

—¿Y que es lo que necesitas para conseguirla?

Lo pensó durante unos segundos, meditando su respuesta.

—La Joya.

Todo se quedó en completo silencio, solo se escuchaba la respiración de la pelinaranja, y el ligero murmullo de palabras que Jisoo decía entre dientes. Hasta que abrió los ojos, y levanto la vista hacia el rostro de Jennie. Y con ligera delicadeza, soltó sus manos, las cuales se acalambraron al instante.

➳𝐋𝐮𝐧𝐚 Where stories live. Discover now