➳𝐋𝐮𝐧𝐚

➛Capítulo 10 - Celos

Cuando Jennie bajo, hasta la misma Hyun-ah quedó boquiabierta. Y una sonrisa de orgullo se plasmo en su rostro al entender la situación.

Jennie llevaba puesto un ajustado vestido color negro, el escote bastante provocador si se me permite agregar. Ji-yong la miró con el ceño fruncido, tratando de descifrar quien era esa chica, y porque había interrumpido a mitad de la cena.

Camino sin dejar mostrar lo nerviosa que estaba, y tomo asiento justo a lado de Lisa, quien la miraba con los ojos muy abiertos. Tomándose un minuto para recorrerla de pies a cabeza, saciandose con la vista de sus piernas al descubierto.

En la mesa del comedor frente a ellas se encontraba Hyun-ah, y a su lado Ji-yong. El Beta Henri se sentó en el otro asiento vacío junto a Lisa, y miraba con una indescifrable expresión en su rostro el intercambio de miradas entre ambas chicas.

—Un gusto conocerla señorita, soy el Beta Ji-yo...

—Ya, ya sé quien eres —lo interrumpió tosca, a penas dirigiéndole la mirada.

El chico pestañeo incrédulo, no esperaba esa respuesta.

—Oh, bueno... no he tenido el placer. ¿Quien es usted?

—

Es mi mate—contestó Lisa por ella, dejando zanjado el tema—. ¿Pueden traer un platillo más, por favor?—se dirigió a la sirvienta, quien asintió dócil ante la petición y se perdió en la cocina.

Jennie apenas y tocó su comida, ver como Lisa y Ji-yong charlaban en la mesa le había quitado repentinamente el apetito. Ver como el chico le sonreía constantemente, y en numerables ocasiones le guiñaba un ojo a la pelinegra. La escena hacía que se le retorciera el estomago.

Y sin notarlo si quiera, acerco silenciosamente su silla más a la de Lisa. Su mano se posó en la pierna de su mate, y Lisa se quedó muda ante la acción de Jennie. Miro de reojo a la pelinaranja, pero esta parecía ajena al tema del que se hablaba en la mesa, como si su mano no acariciara su muslo con delicadeza, poniéndole la piel de gallina.

—... entonces mi Alfa sugiere eso.

—¿Eh?—Lisa estaba demasiado ocupada sintiendo las caricias de Jennie, que apenas y se entero que Ji-yong seguía hablando—. Disculpa, no puse atención.

El chico levantó una ceja, pero se evito el comentario ante la distracción de Lisa.

—Lo que decía era...

—¡Al fin! ¡Muero de hambre!—una voz resonó al aire, seguido de un fuerte aplauso. Todos dirigieron su atención hacia la puerta, donde se encontraba Jong-in—. Oh, al parecer no soy bienvenido.

La mirada de Lisa reflejaba todo el odio que sentía hacia el chico, y este al hacer su camino a la cocina no despegaba sus ojos de Jennie.

—Buenas noches Luna—agrego con una de sus retorcidas sonrisas.