2. Entrar en razón.

127 23 35
                                    

Taehyung estaba fuera de sí, añoraba la presencia de su cachorro, se sentía sumamente vacío, habían transcurrido dos semanas y aún no tenía noticias sobre su fiel amigo

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

Taehyung estaba fuera de sí, añoraba la presencia de su cachorro, se sentía sumamente vacío, habían transcurrido dos semanas y aún no tenía noticias sobre su fiel amigo. El apartamento comenzaba a consumirlo, más que nada la soledad que este poseía, era horrible vivir en un sitio tan grande completamente solo.

Jimin estaba ahí junto a él, fumaba un cigarrillo mientras rodaba los ojos bastante enfadado, puesto que Taehyung solo repetía las mismas palabras una y otra vez.

—¡Joder! —le golpeó la mejilla —reacciona imbécil. Yeontan va a aparecer, solo debes esperar, tus fans están buscándolo como si su vida dependiera de una cita con tu trasero apestoso.

—Tu no entiendes porque no amas a nadie Jimin... Solo amas tus cigarrillos y ya... — el pelinaranja lo interrumpió.

—Te equivocas, aparte de mis cigarrillos amo a las mujeres, específicamente sus vaginas... Sus pliegues... Sus... —Taehyung le interrumpió ahora lanzando un cojín en el rostro de su amigo.

—Cierra tu asquerosa boca, no me interesa escuchar sobre tu gusto por la entrepierna femenina —le lanzó un cojín, frustrado, Jimin soltó una estruendosa risa, divertido por el comportamiento de su amigo.

—Si alguna vez te dieras la oportunidad de probarla, te volverás adicto, es como una droga —alegó con obviedad y bastante felicidad.

—Mejor acompáñame a buscar de nuevo a Taennie... Tal vez pueda estar en el barrio que lo encontré la primera vez.

—Acepto. Sólo porque tal vez pueda ver a Dolly —sonrió poniéndose de pie.

—¿Dolly? — arrugó el ceño confundido.

—Es una mujer hermosa... solo imagina esto: 60,90, 60, ojos celestes divinos, un cuerpo de envidia y un tono de piel canela casi tan brillante como el tuyo.

—¿Te gusta? — hizo una mueca disgustado, sabía de antemano que las mujeres no eran lo suyo y odiaba escuchar sobre ellas aun cuando preguntaba el mismo —les tenía un odio horrible—.

— ¿Es broma? Obvio no —se mofó con obviedad mientras se colocaba de pie. —Dolly es una pros-ti-tu-ta... ¿Crees que alguien así podría gustarme?

—¿Entonces?

-—Dolly es la única prostituta de Bisan-dong con la que no he podido estar... Hoseok me lo prohibió y con mayor razón le tengo unas terribles ganas.

—¿Por qué te lo prohibió? Al final Dolly o como se llame... es solo una simple prostituta. Una mujer cualquiera, sin chiste.

— Dolly es la única prostituta según Hoseok —señaló. —Qué vale la pena. Deberías intentarlo con ella. Tal vez arregle tu problemita.

—Ninguna mujer y mucho menos una prostituta valen la pena... Jamás estaría con alguien como ella.

—Si, si, lo que digas — soltó una risa de nariz y salieron del apartamento.

A Million Men • KTH • Resubiendo.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora