¿Qué tienen en común una prostituta y un chico que acaba de debutar?
Aparentemente nada, pero ambos están conectados por Yeontan, el pequeño perro de Tae, quien en una tarde común termina merodeando en la calle lejos de su hogar; siendo rescatado de...
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Namjoon y Jennie estaban en la oficina del primero, la mujer de la edad de Kim, buscaba de nueva cuenta la libertad de Yumi.
—¡Ya te dije que no! — repitió por quinta vez.
—Tu problema fue conmigo, ella no hizo nada malo — lloró la pelinegra.
—Ella me recuerda a ti, eso es lo que hizo mal — reclamo Namjoon y se acercó a la más bajita —la hiciste tu copia, ¿cómo esperas que no me la quiera llevar a la cama? ¿Cómo esperas que no desee matarla? A pesar de que físicamente son distintas la volviste igual a ti.
— Namjoon, por favor... Ella es lo que más quiero en este mundo. Es lo único que me queda —suplico de rodillas frente a él.
—¿Y así esperas que yo la deje ir? Tu me abandonaste cuando te dije que te amaba, que por eso dejaría que vivieras sin ser una prostituta y fuiste y te marchaste con ese tipejo.
—Él era mi esposo — estaba a punto de quebrarse en llanto.
—¿Y cómo te pago? Te dejo por una chica más joven, te hacía prostituirte y se gastaba el dinero con su amante— Nam se encontraba enojado, así como fue bien sabido en el barrio el interés que tuvo por Yumi, antes de ello, cuando Dolly entraba a la adolescencia se supo que Jennie jugó con lo que Nam sentía por ella para liberarse del trabajo.
—Dolly es como mi hija, Namjoon— sus orbes no paraban de lagrimear llenos de tristeza.
—Vaya madre, igual a la otra drogadicta, la dejaron sin pensar en ella.
—Haré lo que quieras, pero dejala.
— Ya no creo en ti, tu jugaste conmigo una vez, pero dos veces no. Dolly no se irá a menos que te la lleves en un ataúd.
Le dolía ver a Jenn suplicando de rodillas, pero le dolía más la traición que esta le había dado hace años.
Al salir del trabajo, Dolly se dirige hacia casa de Tae, está cansada y algo confundida, su mente no deja de pensar en Miyeon, aquella niña que se alegraba de conocer el único mundo que ella conocía desde que tiene memoria.
—¿A quién se parece? —mordió sus uñas buscando respuesta, esa niña le recordaba a muchas personas, pero en este momento solo puede pensar en Kim— ¿serán familia? No, no lo creo, tienen distintos apellidos —se contestó a sí misma sus preguntas.
Era viernes y Tae se encontraba junto a Nayeon en su departamento, la mayor no paraba de decirle cuan importante era mantener al jefe contento sobre SunHee y más ahora que viajaría en su pequeña gira.
—Tae, por favor escuchame — Nay talló su rostro frustrada por la renuencia del hombre. —Si te sigues negando a que SunHee se te acerque cada vez que los ven, el problema será peor... Si en verdad tienes a alguien cerca los fans no dudaran en hacerle pedazos por SunHee y lo sabes bien.
