¿Qué tienen en común una prostituta y un chico que acaba de debutar?
Aparentemente nada, pero ambos están conectados por Yeontan, el pequeño perro de Tae, quien en una tarde común termina merodeando en la calle lejos de su hogar; siendo rescatado de...
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Cansada de todo, rota y con un nudo gigante en la garganta Young Mi recorría las calles, buscando volver al apartamento de Tae, quién la esperaba con aperitivos para cenar juntos.
La lluvia la cubría de nuevo en esa fría noche y ya no sabía si llorar por lo miserable que era su vida o simplemente desaparecer, deseaba ver a su pequeño Kook algo en su pecho dolía suplicando que buscara al pequeño ángel que antes era su compañero, era lo único que podría ayudarla a sentirse un poco mejor o al menos eso quería pensar.
Entró al edificio, el portero esperaba encontrarse con una sutil sonrisa de parte de la chica como la mayoría de las veces, pero solo se halló con alguien sin alma, sus ojos se desbordan en lágrimas y solo la miró desaparecer por elevador, llamó a Taehyung quien dejó todo de lado y salió a su encuentro.
Yumi salió de la caja metálica, topándose con sus hermosos orbes cafés preocupados, no lograba sostenerle la mirada a Tae, se sentía una basura, alguien asquerosa, Hoseok había sido claro con sus palabras y acciones, nadie jamás podría amarla y seguramente tenía razón, no era el primero en decírselo y probablemente no sería el último.
Kim observó la ropa de la chica, de nuevo estaba en mal estado y sabía lo que significaba, no lo dudo ni un solo segundo y la jalo a su cuerpo, cubriéndola con sus brazos en un abrazo que la hiciera sentir segura, deseaba hacerle saber que él estaba ahí.
Yumi se desmoronó y su cuerpo perdió el equilibrio, el interior de Tae comenzó a quemar en una desesperación por no saber cómo ayudar a la chica que era dueña de sus sueños más chistosos y vergonzosos.
Lágrimas bajaron por las mejillas de Kim, añorando poder borrar el horrible rato que pasó Dolly y de desaparecer su sufrimiento. Aunque sabía que era imposible, imploraba porque ella dejará de sentir lo que sea que la afligía en ese instante.
- Dolly, mírame - susurró y ella negó mientras gimoteaba. - dime cómo puedo ayudarte - un jadeo lleno de desespero salió de sus labios en búsqueda de una respuesta, pero no fue así - Yumi, necesito que me digas que hacer.
- Nada, nadie puede hacer algo por mi... él me hizo daño... Y yo no lo pude detener, pagó por mí - lloró llena de dolor, preguntas cruzaban la cabeza de Tae, ¿quién era el monstruo que había lastimado de tal manera a Yumi? - yo lo amé y él... Nadie puede amar a una prostituta, tenías razón cuando dijiste que las mujeres como yo no valen la pena.
Dejándolo sin palabras y con un millón de teorías, separó a Tae de su cuerpo; Kim no sabía lo mucho que podían doler sus palabras y se arrepentía de haberlas dicho incontables veces antes de darse la oportunidad de conocer a Yumi.
Se separó del cuerpo de Kim y se introdujo a la habitación que le correspondía, encerrándose para llorar y suplicar olvidar lo que algún momento pudo sentir por Hoseok.
Recordaba a RM cuando ella era una adolescente, como incontables veces le hizo saber que Hoseok no la amaría, como aquel hombre la lastimaría y terminaría por destrozarla.
