¿Qué tienen en común una prostituta y un chico que acaba de debutar?
Aparentemente nada, pero ambos están conectados por Yeontan, el pequeño perro de Tae, quien en una tarde común termina merodeando en la calle lejos de su hogar; siendo rescatado de...
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Taehyung estaba sumido en su mundo de los sueños, pero lo que aparecía ahí parecía demasiado real.
Estaban él y Yumi en su apartamento, corriendo como unos locos infantes, sin temor a ser reprendidos por sus padres, hasta que ella lo terminaba acorralando en una pared y estaba a punto de besarlo, no era la primera vez que tenía ese sueño y sabía que si seguía quien terminaría besando a Dolly sería el.
—A pesar de que eres raro y hablas con dureza me gustas, yo sé que no soy tu tipo, tú tampoco eres mi tipo, pero aún así me gustas — sonrió ampliamente y acaricio su mejilla, acercando sus rostros y así unirlos en un beso —.Estoy segura que deseas esto, tanto como yo —junto sus labios en un delicioso vaivén para Tae, pero la verdad estaba siendo lengueteado en la realidad por Yeontan, quien deseaba que su pecador dueño se levantara.
Yumi se adentraba a la habitación del castaño, que tenía ese día una junta importante y estaba segura que lo olvidaría, al entrar su cuerpo se quedó estático al ver aquella escena, mientras sus mejillas tomaban un color carmesí al escuchar al chico.
—Por favor Dolly, bésame hasta que me duelan los labios y no pueda respirar— Yeontan no comprendía qué quería decir, pero no le gustó el tono y terminó por morderlo.
Kim se levantó de golpe sobando su nariz y miró hacia la puerta, donde se encontraba Yumi sin saber que decir por lo que escucho, miro al chico quien estaba en boxers con una erección matutina y al ver a Yumi llena de vergüenza se cubrió con la sábana, las mejillas de ambos estaban coloradas al recordar lo que acababa de soñar y presenciar.
—El desayuno está listo — anunció y salió prácticamente corriendo hacia el sanitario, se miró al espejo y mojo su rostro, quería decir algo, pero no tenía idea de qué.
—¿Él me quiere besar?— se miró en el espejo e instintivamente llevó sus dedos a sus labios. —Kim Taehyung, me estás volviendo loca.
Respiro hondamente para salir del lugar, pero al abrir la puerta se topó con Taehyung, casi chocando sus rostros, sus ojos celestes casi salen de órbita, mientras Tae comenzaba a acercarse de nuevo, aunque intentaba ser neutral.
— ¿Estás bien? —dijo de lo más tranquilo, aunque por dentro estaba vuelto un lío, en verdad deseaba besar a Yumi y saber lo que se sentía.
—Si... Yo... Yo... Yo estoy bien — tragó saliva nerviosa, intentó moverse, pero este la seguía al mismo lado y terminó por reír para dejarla pasar.
—Antes de que te vayas, si quieres puedes invitar a MiYeon a casa, prometo portarme a la altura — ella asintió lista para irse.
Su interior le pedía a gritos aventurarse y degustar los delgados y rosados labios de Im.
Young Mi corrió a su habitación encerrándose con pena, ¿qué clase de sueños tenía Tae con ella?
Kim por su parte se daba una ducha, aunque cada que cerraba los ojos la imagen de los labios, el cuerpo de Yumi y el contacto de ella hacia él venían a su mente. Sus sueños comenzaban a consumirlo.
