Amigo

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Vera se encontraba ordenando y limpiando la sala y los cuartos mientras su madre cocinaba la cena, a veces también acudía a la cocina para ayudarla en algo que se le complicara.
La noche arrivaba lentamente y su pequeño hermano no llegaba.

- ¿Crees que deba ir a buscarlo? - preguntó nerviosa, sentándose en el sillón de la sala

- No, está bien, dijo que estaría en la casa de videojuegos, calma - se acercó su madre

- Una casa de videojuegos - repitió
- Se nota que ya terminó todos los juegos de su consola - sonrió

- Es complicado conseguir otros juegos, algunos son edición especial, otros son caros y otros son descontinuados - explicó su madre

- Lo sé, pero extraño jugar con él, ya no he tenido tanto tiempo - suspiró

- Relájate, está bien, te estás esforzando y eso es lo que cuenta cielo - la abrazó con fuerza - Algún día volverán a compartir tiempo juntos, ya verás - besó su frente y regresó a la cocina, poco después la puerta se abrió.
Al girarse a ver, notó la presencia de su hermano y otro niño, ambos estaban golpeados.

- ¡Baji, ¿qué te pasó?! - se acercó preocupada

- Ah, no es nada, solo hice un amigo - sonrió ampliamente, refiriéndose al chico que lo acompañaba

- Pero ¿están bien? - colocó una de sus manos en la mejilla del pequeño Keisuke y la otra sobre la cabeza del niño pelinegro

- Sí, ya te dije - sostuvo un momento la mano de su hermana para después alejar su rostro al voltear a ver al otro niño - Lo conocí en la casa de Arcade - pronto cambió su expresión - Que por culpa de un idiota que lo acompañaba perdí mi arduo esfuerzo en llegar hasta donde estaba - apretó un poco la mano de su hermana, quien rió

- Ya tendrás más tiempo Baji, ahora vengan, que hay que limpiar esos moretones - dijo tomando la mano de ambos para ir a su habitación
- ¿Y?, ¿Cómo te llamas? - miró al chico de ojos amarillos

- Kazutora - respondió en casi un susurro

- Bueno, mucho gusto Kazutora - le dedicó una sonrisa dulce, los tres entraron en la habitación
- Tomen asiento, esto no tardará - dijo para después sacar un gel para los moretones y unos cuantos algodones de alcohol, limpió el rostro de su hermano con sumo cuidado y cariño para luego repetir lo mismo con Kazutora - Listo - guardó las cosas, su mirada se desvió a su reloj, ya era tarde
- ¿Te quedas a cenar, Kazu? - preguntó

- De hecho, Nee chan, hoy es el cumpleaños de Kazutora - mencionó Baji antes de que el otro niño hablara

- Oh, pues perfecto, quedate a cenar Kazu, después te acompañaremos a casa - sonrió nuevamente, gentil

- Gracias - dijo en voz baja

- También lo traje a casa porque consiguió un arete, pero pues no tiene una perforación - explicó

- Oh, puedo ayudar con eso - miró al pequeño de orbes brillantes

- ¿Sabes hacerlas? - cuestionó su hermano

- Sip - se levantó y sacó algo de su caja musical - Colocale esto en el lóbulo Baji - indicó - Yo iré por un hielo - dijo y salió de la habitación

- Bueno, siéntate en la silla del escritorio, esa es más cómoda - sugirió Baji, el pelinegro accedió, después su amigo comenzó a poner esa clase de pomada en el lóbulo de la oreja del pequeño

- ¿De verdad sabe hacerlo? - preguntó algo nervioso

- Nunca dudo de ella, seguro que sabe hacerlo, no te preocupes - dijo orgulloso, poco después llegó Vera y se inclinó un poco frente a Kazutora, mirando el lugar donde perforaría, sonrió

Solo recuerdosWhere stories live. Discover now