2: Reencuentro.

288 49 4
                                    

Yoongi nunca esperó verlo pronto. Y creía, ciertamente, que Taehyung tampoco esperaba o deseaba verlo alguna vez en un futuro. Ya no más, por no decir nunca.

Yoongi sabía que esto haría más grande el dolor de la separación, y aumentaría el arrepiento de muchas cosas que pudieron haber vivido. Sus ganas de irse, y olvidar que lo vio, mucho más hermoso, diferente, y con ese grande vientre, hace que sus ganas se desvanezcan gradualmente.

Lo hace debatir si acercarse es correcto; porque no solo hay dudas qué aclarar, también nuevas noticias que dar.

Pero lo es. Lo necesita.

Necesita explicación del porqué se fue sin decir un adiós. Es decir, entendía que había sido el idiota más grande jamás conocido, y que era prácticamente él peor ser de la tierra, por todo lo que había ocasionado entre los dos. Pero, también quería una despedida para sanar, para cerrar un capítulo tan especial que fue en su vida, y tener la seguridad de que fue realmente Taehyung en toda su existencia.

Dejarlo ir. A quién, probablemente, lo apoyó, amó y lo hizo sentir más completo que nadie.

No sólo era la soledad de su departamento, también era la compañía, y el sentimiento de verdadero hogar que se había ido junto a Taehyung. Holly, quién parecía incluso haber sufrido aún más con la partida, había llorando algunas veces mientras rasguñaba la puerta de salida. Mientras qué él, sabía exactamente que compartían el sentimiento por igual.

«No volverá» Le dijo a su hijo perruno, para que este entendiera un poco, y dejase de llorar y deprimirse por cada rincón de la casa. No sólo el menor había llegado a poner su mundo de cabeza; también lo había hecho a todo aquel que lo rodeaba, pero ya no estaba. Ya no más. Y se repitió por semanas esas palabras a sí mismo, aquellas palabras que eran más para su corazón que para la adorable de su mascota.

Yoongi sabía que Taehyung merecía una disculpa. Una enorme disculpa.

No solo por todo lo que pasaron durante las caídas, trabas, y baches en su relación. También por la poca atención y dedicación que tuvo, y posiblemente, porque no sólo se veía como un maldito idiota por ser poco empatico con los sentimientos que sabía Taehyung tenía por él.

Tenía que hacerlo. Disculparse. Hablar y aclarar todo entre los dos.

Sin pensarlo, sus piernas avanzaron solas, llegando directamente a la mesa del menor. Los nervios parecían calcomerlo, y la distancia de una mesa a otra nunca pareció tan larga y sofocante para atravesar.

Él aparente amigo pareció callarse en cuanto lo vio tan cerca, haciendo qué, por inercia, Taehyung volteara inmediatamente. Notar que su amigo tenía una mirada fija, y su rostro cambió radicalmente, fue algo que extrañó de muchas formas al menor.

—Tanto tiempo sin verte, Taehyung.

Durante todo el proceso, Taehyung abre los ojos de pronto, sintiendo el sudor y el pánico llegar a él. Es él.

Es nuevamente él. Quién pensó que no volvería ver, en quién no quería pensar, en quien ya no quería amar. Estaba allí, frente a él, después de cinco meses, después de pensar que jamás volvería a verlo, y quién alejó de su vida ahora que sería diferente.

Yoongi se queda congelado en su lugar, por la incómoda y razonable reacción que tiene el menor.

Observándolo.

Taehyung puede ver la forma en que los ojos de Yoongi viajan a su vientre, completamente sorprendido, y también aparentemente estupefacto. Taehyung sostiene su estómago con fuerza; como si estuviera protegiendo a su bebé después de segundos.

Just one day › YoontaeOnde histórias criam vida. Descubra agora