Just one day › Yoontae

6: Lo correcto

Cuando Yoongi se presentó por primera vez bajo la firma de sus padres, sabía que era algo que estaba destinado a suceder. Siempre lo estuvo dentro de la cajita de cristal donde nació y creció.

Su padre, él Ex-Juez del tribunal de Seúl Min SungHwan, lo presionó y modificó durante años para ser lo más cercano posible al típico hijo ideal, y su más grande trofeo a presumir.

Min Yoongi era una definición corta y objetiva en palabras de su padre, ser el más amado hijo que alegró la vida del matrimonio de abogados, presumiendo ser su más clara adoración y orgullo.

Yoongi sintió que nunca tuvo el control de su vida fuera de sus padres exigentes y su vida innegable de privilegios. Asistió a excelentes instituciones por él hecho de que su padre era un abogado famoso en el distrito de Gangnam-gu, ingresando a colegios privados de renombre y tener la oportunidad de realizar actividades extracurriculares de cualquier cosa que quisiese, con tan solo decir el nombre y trabajo de su progenitor.

Gozaba de privilegios por cargar con el apellido Min; de provenir de una familia de conexiones y un claro nepotismo imposible de borrar.

Así qué, cuando en su niñez, su padre se volvió Juez, supuso que su destino sería ser una copia exacta del hombre que le dio la vida, cuando todos decían que era su proyecto de vida crecer y envolverse como ellos. Y estaba aparentemente satisfecho ante la vista de todos los demás. Una realidad que era muy distinta por su deseo de querer evitarlo a toda costa.

Al entrar a la universidad, todos pensarían que estaría harto de papeleos y expedientes. Pero la verdad, aunque Yoongi durante toda su infancia lo detestó, se inclinó a hacerlo y lograrlo por sí mismo. Su madre era una fiscal de experiencia y su padre era un reconocido y famoso juez. No había ningún otro mundo que conociera más que ese y tampoco había otro por el que estuviese realmente interesado. ¿Lo odiaba? Tal vez sí, pero no era una tortura real.

Cuando salió de la universidad y comenzó a tener sus primeros casos legales, pensó que era la primera vez que realmente disfrutaba de algo que hacía. Era un hombre que sabía lo que quería, y había estudiado por obtenerlo, lo que lo ponía como una meta cumplida para él. Estaba rodeado de cosas que conocía y manejaba. No había forma de que él no conociera lo que era tener todo bajo control.

Después de evitar exitosamente las relaciones afectivas y la responsabilidad sentimentales, no sabía lo que eran las obligaciones románticas hasta que afrontó la realidad.

Su aquel entonces, primer pareja pasional, era una hermosa compañera de facultad con la cuál se involucró eventualmente. Todo estaba bien desde su perspectiva, hasta que, por supuesto, después de meses bajo encuentros en anonimatos, con Shin Min-ah.

Yoongi decidió que su vida estaría perfecta llena de placeres y libertades si se deshacía de lo que era corresponder lo aburrido del amor. Recibir lo que quería, satisfacerse y despedirse era lo mejor que podía hacer.

En ese entonces, no lo tenía claro porque nunca podía dar más de lo que le exigían. Porque se sentía tan decepcionante no poder devolver la atención y cariño de la misma manera. Ante una cantidad masiva de afecto, solo deseaba huir por no saber que responder a cambio, olvidarse, y continuar con lo que buscaba frenéticamente.

Mientras sus dudas y miedos crecían sin límite, las experiencias cada vez más larga y más interesantes con hombres y mujeres diferentes lo hacían también. A la larga, todo estaba escrito en su pesado expediente.

Ahora, después de años y de todo el dolor y trabajo que había pasado, por fin podía decirlo. Era un adulto funcional, trabajaba en un buen puesto y tenía fama como un excelente abogado, fuera de la sombra de sus padres. Tenía un patrimonio más que ideal para ofrecer y parecía el prototipo del hombre soltero en sus casi cuarenta años. Estaba enfocado al trabajo y en sí mismo. Así que, simple y acertado, parecía que la madurez se resumía en toda su persona en todos los ámbitos, pero no en el familiar o romántico.