3: Recuerdos.

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—Deberías calmarte, Taehyung-ah, le puede hacer daño al bebé.

El moreno hace una mueca después de ver a Taehyung terminar de llorar, sollozando lo que creé, serán las últimas lágrimas del rubio, en lo que resta de la noche.

Namjoon intenta ocultar lo bastante confundido y molesto que está con todas las noticias, pero intenta guardarse sus crecientes emociones mientras Taehyung se aferra al genuino cálido abrazo.

Sin embargo, Namjoon no podía contener sus nervios.

Llegar a casa era una rutina bastante monótona. Llegaba a su hogar después de una jornada excesiva de trabajo, saludaba a su hermana menor, cenaban juntos, y finalmente se iba a la cama acompañado de Monnie, su amada  mascota.

Tener la noticia de la visita de lo que era uno de sus mejores amigos, había sido una sorpresa demasiado agradable, después de los contados meses que éste inesperadamente se había decidido irse de Seúl para establecerse a Gangwon-do.

Después de la partida de su compañero de trabajo y amigo, prácticamente había perdido la única amistad que había formado durante tanto tiempo en el trabajo.

Tanto él como Taehyung, comenzaron siendo compañeros de trabajo en la oficina, por compartir espacio laboral, y por ser los principales en asistir y representar a los eventos y exposiciones que hacían y ofrecía la galería de arte. Durante muchos meses fueron únicamente compañeros que se apoyaban en horas laborales y el trabajo manual que requería la galería, hasta que finalmente una amistad sincera y solidaria salió con el tiempo de allí.

Ambos apoyándose, conviviendo y aconsejadose.

Namjoon siempre se consideró un amigo bastante optimista y realista que podía dar los mejores consejos y los más sinceros ánimos. Más aún, con la razonable y combinable personalidad que era Taehyung, y lo bueno que podían llegar a entenderse.

Volver a tener a Taehyung cerca, después de cinco meses, era volver a tener sus largas reuniones de películas, sus horas de pláticas, sus horas interminables de juegos, y concluidamente su convivencia sana y armoniosa. Estaba feliz de volver a ver su mejor amigo, y todo lo que este estaban viviendo; como su reluciente embarazo, lo feliz que el menor parecía con los nuevos cambios en su vida, y lo alegre qué contaba cada etapa sobre él crecimiento de su sobrino.

Taehyung parecía seguir contándole todo, exceptuando la claridad de las razones por las que este se había decidido por irse.

Taehyung le había contactado dos semanas atrás sí podía quedarse algunos días en su casa, volviendo a Seúl para arreglar algunos asuntos que se quedaron inconclusos después de su inesperada partida. Namjoon aceptó inmediatamente, diciendo que era una ofensa que preguntase si podía quedarse en casa, cuando su hogar también era suyo y jamás tenía que preguntar por algo tan obvio. Hye, la mayor de los Kim, estaba encantada de ver a su también amigo, que formaba parte de su tan unida y pequeña familia; conformada por los hermanos, su adorable mascota, y Taehyung.

Namjoon no preguntó de más a Taehyung sobre lo que significaba volver a Seúl, así como lo era retomar el tema que era prácticamente demasiado sensible para preguntar.

Namjoon nunca presionó a Taehyung con toda la situación. Esperando que este viviera su proceso como deseara.

Aún con la curiosidad latente los primeros días, mantuvo la línea después de la partida del menor, hasta que este le dijiese la verdad del porqué se había querido ir tan pronto de Seúl; sin comprender ni razonar porque él dejaría el gran departamento que compartía con Yoongi —más aún, su relación aparentemente terminada con este —, su excelente puesto de trabajo, y todas sus próximas oportunidades laborales de una forma tan inusual y desesperada.

Just one day › YoontaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora