Capítulo 1

3.5K 81 0
                                    

Admirador secreto

—Alguien me pidió dártelo.

Big estaba caminando tranquilamente de la escuela a su casa cuando aquella chica de hermosa melena negra lo detuvo. Ella ni siquiera saludó, solo le extendió la carta que inconscientemente tomó. Después, ella sonrió tímidamente y dió vuelta para regresar.

Mientras caminaba a casa, trató de no darle mucha importancia a lo que había sucedido. Era una simple carta, tan simple como tirarla en algún basurero del parque que estaba entre su camino para llegar a casa. Pero después de todo, llegó a casa con la carta ahora en su mochila.

Llegó a la desordenada y limitada casa. Su hermano menor, como siempre, estaba demasiado entretenido en sus juegos en línea, en vez de hacer algo en casa. Big se irritaba con facilidad, pero debía hacer algo de comer, limpiar y barrer para después hacer la tarea.

Durante la noche y antes de dormir, comenzó a guardar sus cuadernos y libros según el horario del siguiente día, hasta que recordó sobre aquella carta después de que saliera por casualidad entre sus libros.

Ahí estaba, un sobre blanco sin ninguna descripción.

Big se sintió muy nervioso, pensando en los muchos tipos de escritos que podría contener tal cosa, pasando por su mente la posibilidad de una broma.

—¿En verdad pensé que podría ser una carta de amor?— se burló de sí mismo —Big, Big, que tonto eres.

Abrío la carta de una buena vez por todas, la leyó no sin antes preparándose para recibir cualquier tipo de grosería. Sus ojos se abrieron al igual que su boca, solo ligeramente, sus cejas se elevaron; su semblante era de alguien sorprendido en su totalidad.

En el siguiente día, mientras Big se encontraba en el salón, no podía concentrarse en la clase de la profesora... Simplemente no podía por aquella maldita carta que había recidibo ayer.

Al tocar el sexto timbre, solo observa, analiza y sospecha.

Eso era el último escrito de la carta, una carta escrita por alguien... “¿Secreto?” Big pensaba mucho en la persona que pudo haber hecho algo así. Sus teorías daban mil vueltas por su cabeza “¿Quién se cree que es para que yo la busque? ¡No estoy interesado en chicas!” debido a que la carta no tenía ningún dato del emisor, sino solo una pequeña pista para conocerlo, Big se convencía de que era una broma, aunque bien, había algo muy en su interior que se negaba a tal idea.

Me interesas, pero, ¿Yo te intereso a tí?

Me gustaría que tengas al menos una sospecha sobre quién soy, y si te intereso, háblame.

Ahora, ya iban dos timbres, la de entrada y para el cambio de clase; algo que, inconscientemente, Big había estado prestando mucha atención. Entonces pensó “¿Será después del receso? Después del receso inicia la materia de Biología ¿Debo observar a mis compañeros... al... ¡profesor!? Calma” cada minuto hacía que Big se volviera más nervioso.

“¡Esto es una verdadera tortura!”

Efectivamente el sexto timbre fue el que avisó que el receso había terminado, para continuar con la siguiente clase. Pero, de repente, todos se dirigían a la cancha de fútbol felices y motivados.

—¡Vamos a patear traseros!— gritaban con emoción y se apoyaban unos a otros.

“Oh vaya” se trataba de un partido de fútbol con la escuela rival. Cuando Big se vió obligado a salir, le dió la sensación de que algo importante estaba por ocurrir a su vida tan ordinaria. Inmediatamente aquellas palabras llegaron por su mente mientras caminaba detrás de la multitud de estudiantes: observa, analiza y sospecha.

El partido había dado un rápido inicio. Big apenas si alcanzó un lugar entre la multitud que gritaba y apoyaba a su equipo con locura, haciendo que Big se sienta incómodo y dé a notar lo realmente aburrido y reservado que él era para mostrar sus emociones con tanta energía.

“Solo por esta ocasión” se convenció de seguirle el juego a quien sea que hubiese escrito la carta, porque su curiosidad era realmente poderosa. “Debo observar, supongo que después del sexto timbre se debe observar a los jugadores...” inició rápidamente a recordar y seguir las instrucciones, hasta que vió a las porristas salir saltando hacia la cancha, logrando que una sensación extraña invada su cuerpo y le haga saber que estaba por sospechar de alguna. No quitó su vista de las porristas, ignorando totalmente a los jugadores. Las veía con sumo cuidado, sin perderse ningún detalle de ninguna, porque estaba seguro que una de ellas iba a actuar extraño, como dirigir su mirada hacia él, o bien, mandarle un beso desde la distancia; lo único cierto era que la mente de Big comenzó a volar de  imaginación.

Después de un tiempo de no ver absolutamente nada extraño en algunas de las porristas, logró regresar en si, convencido en que se trataba de una broma, donde una cámara estaba grabando ahora mismo su tonta cara, mientras los demás se burlan de lo estúpido que se veía pensando en que alguien podría estar interesado en él. Vió hacia todo su alrededor buscando a alguien grabándolo pero no vió nada, estaba temblando de los nervios, así que salió lo más rápido posible de entre la multitud sintiendo una gran vergüenza por su ingenuidad.

Mientras iba saliendo de la zona de deportes, escuchó y sintió que alguien venía corriendo detrás de él, no dió vuelta, solo caminó normalmente hasta que aquella misma chica de ayer lo alcanzara para caminar a su lado unos cuantos pasos antes de hablar.

—¿Sabes? nuevamente debo darte esto— y entre sus manos extendió una segunda carta hacia Big.

Big no era de los que tenía el coraje de rechazar algo, o hablar con determinación, pero esta vez, no quería ser el juguete de nadie —Por favor, dejen de bromear conmigo.— le advirtió a la chica mientras apresuró su caminar.

Arjo pensó un momento las cosas, no tenía permitido revelar a su amigo, pero sintió que debía hacer algo más por él que solo entregar sus cartas, así que alcanzó a Big por segunda ocasión.

—Te juro que no es ninguna broma. La persona de la carta solo quiere una oportunidad...— Big no la escuchó y siguió caminando a pasos largos y apresurados, dejando a Arjo sin otra alternativa que jalar de su camisa blanca.

—¡Qué atrevida!

Arjo se sorprendió debido a la reacción un tanto violenta, logrando una incómoda cara y por consiguiente, Big se arrepintió rápidamente.

—L-Lo siento. Pero es que no aceptaré una carta más.

—Okay.

Mientras Big lograba deshacerse de la chica, no dejaba de pensar en que tuviera alguna clase de admiradora secreta, es que era imposible según su criterio respecto a su persona. ¿Quién se había interesado en él alguna vez? Absolutamente nadie. Incluso le dolió un poco el corazón rechazar algo que jamás habían hecho por él, pero la palabra “broma” seguía lantente en su cabeza y era mejor rechazarlo antes de lamentarse.

Fue a dormir en el aula, esperando que el partido terminara pronto para que continuaran las clases. Cuando el último timbre sonó, puso su mochila sobre su espalda y salió.

Al llegar a casa, se quitó el uniforme, cuando se dió cuenta que detrás de su camisa, una carta colgaba de ella...

—¡¿Pero cómo?!

Entonces lo recordó. Arjo había jalado de él aprovechando el momento para pegar aquella carta, la cual debió de ser lo suficientemente ligera para no sentirla, al llegar al salón, solo durmió, en la última clase, ni siquiera se levantó de su asiento, y durante el camino a casa, la mochila sostuvo la carta y evitó que cayera en el camino y que nadie la hubiese visto.

Big estaba muy muy sorprendido, y su corazón; acelerado y emocionado.

Big Dragon (Bigdragon)Where stories live. Discover now