Capítulo 25

283 15 1
                                    

Dragón estaba acostado.

No podía conciliar el sueño.

Estaba pensando...

En Big.

Había transcurrido una semana ya, y apenas Dragón se había enterado de que Big se había ido de repente y sin siquiera despedirse, aunque para eso Dragón sabía que había una buena razón, así que no estaba culpando a Big ni enojado con él; solo preocupado sobre los hechos tan repentinos.

El teléfono no se apartaba de su lado. Había llamado muchas veces a Big durante distintas horas del día, pero el teléfono del contrario seguía apagado. También, había ido con George, quien le juró que había alcanzado a entregarle el teléfono a Big; así que Dragón no tuvo más opción que confiar.

Dragón se puso a pensar entonces en George, quien se parecía demasiado a su hermano Big. Dragón se limitó a sonreír, porque aunque George fuese el menor, tenían la misma estructura corporal, estatura e incluso el rostro era parecido, como si fuesen gemelos.

Aunque... Desde que George lo besó; Dragón perdió la confianza en él.

Su teléfono vibró.

Era un mensaje de texto...

¡¡Y era del número de Big!!

Big: Hola.

Dragón inmediatamente se levantó y marcó con nerviosismo pero gran emoción, su corazón estaba demasiado acelerado por la emoción de finalmente estar en contacto con Big. El timbre de espera sonó pero su llamada fue rechazada. Estaba un poco confundido, hasta que recibió otro mensaje de texto.

Big: lo siento, no puedo contestar.

Dragón: ¿Por qué?

Big: estoy compartiendo habitación.

Dragón no pudo evitar sentirse celoso.

Dragón: ¿Estás bien?

Cada segundo que pasaba, Dragón se ponía cada vez más ansioso, no despegaba su vista de la pantalla mientras esperaba el siguiente texto.

Big: sí. No puedo hablar mucho. No me llames, te hablaré yo mismo cuando pueda... Voy a apagar el teléfono. Buenas noches.

Dragón negó rápidamente, y comenzó a escribir mientras sus manos temblaban.

Dragón: hablemos... Te pondré una recarga. No te vayas, por favor.

Y cuando los segundos corrieron convirtiéndose en minutos y después horas sin una respuesta, Dragón sintió su corazón romperse. Las palabras impotencia, desespero o desilusión no alcanzan para describir aquella sensación que le hacían sentir como si un cuchillo atravesara su corazón al momento que las lágrimas caían y corrían por sus mejillas.

Fue quizás en ese momento que Dragón supo que las cosas no funcionarían desde la distancia.

A la mañana siguiente, no tenía apetito. Estuvo jugando con su desayuno, hasta que el sr. Akirah se cansó de verlo así.

—¿No ibas a organizar un viaje con tus amigos?

Dragón evitó la pregunta de su padre.

—¿Qué está pasando contigo? Cuéntame.— ante el silencio de su hijo dijo algo más —Soy tu padre, sabes que siempre te he apoyado.

—Creo que los padres de Big no están de acuerdo con nuestra relación.

El sr. Akirah se alegró inmediatamente, pero por supuesto, no expresó la alegría de su corazón en su rostro.

Big Dragon (Bigdragon)Where stories live. Discover now