iii. one ticket to san francisco

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✶ 🌃 ⋆。˚ ⁞ CAPÍTULO TRES ˚.*ೃ
un pasaje a san francisco
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LA HABITACIÓN A LA que Christine había entrado era muy parecida a las anteriores donde el blanco y el gris resaltaba por sobre todo, pero a diferencia de las otras, esta tenía una consola en el fondo, llena de botones y luces de colores que podría...

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LA HABITACIÓN A LA que Christine había entrado era muy parecida a las anteriores donde el blanco y el gris resaltaba por sobre todo, pero a diferencia de las otras, esta tenía una consola en el fondo, llena de botones y luces de colores que podrían llamar la atención de cualquiera si no fuera porque la enorme ventana que mostraba el universo estaba por encima.

La novia fugitiva se habría quedado observando con la boca completamente abierta, pero tenía un objetivo que cumplir primero. Si es que salí viva de esta procuraría observar, gritar y desmayarse genuinamente después.

Cuatro rostros se giraron a mirarla, sin contar el del doctor, quien se encontraba amarrado a una silla y tenía un escanee sobre la cabeza, el cual estaba midiendo los impulsos eléctricos de su cerebro.

—Déjenlo en paz —dijo la mujer con la voz un tanto temblorosa, apuntando su tubo metálico alternamente entre los ecphaticos, los cuales lucían rostros ligeramente irritados por culpa del vinagre.

Estos se miraron, comenzando a reír.

—El humor de ustedes es demasiado extraño.

—No es humor —respondió Christine cada vez con más decisión—. Realmente estoy diciendo que lo suelten.

—¿Y qué nos harás sino? —Anankaie se acercó más al doctor, tocando suavemente los cables que estaban conectados al exterior de su cabeza—. ¿Vas a lanzarnos ese tubo y correr? Que patética —la ecphatico miró a sus compañeros, haciéndoles una clara señal con la cabeza—. Vayan por ella, nos servirá conocer la emoción y la euforia cuando terminemos con el doctor.

—No le hagan daño —la voz del doctor salió casi en un hilo, mirando con desesperación a la ecphaticos que aún estaba a su lado.

—Uh, tus impulsos cerebrales están por las nubes —dijo ella con sorpresa, subiendo levemente la comisuras de sus labios—. Esto nos viene bien. No tenemos que torturarte directamente, lo podemos hacer con tu amiga y extrañamente también lo sentirás. Que curioso, jamás habíamos visto eso.

—Se llama empatía —susurró el doctor, dirigiendo su mirada a Christine.

—¿Empatía? —Anankaie hizo una mueca asqueada y miró con desdén los exámenes—. Oh, eso. Sí, había escuchado sobre eso. No necesitamos tenerla si podemos fingirla —la mujer hizo un ademán despreocupado—. A la chica. Puede ser útil.

Los ecphaticos asintieron y con rapidez caminaron hacia Christine, quien al ver sus rostros ya quemados, solo pudo murmurar un "perdón" no tan sincero y comenzó a disparar vinagre sin cesar, haciendo que una vez más estos seres comenzaran a retorcerse en su lugar y trataran de tocar sus rostros en busca de aligerar el horrible dolor.

anti-hero ♡ doctor who ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora