𖤐 ₊˚. ❱❱❱ ANTI-HERO
a doctor who story !
˚ ༘ 🌌 él, el doctor es aterrador, es como ver dos soles colisionar, como tocar las estrellas con la punta de los dedos y quedar atrapada en una supernova sin poder escapar, y aún así, es el ho...
✶ 🌃 ⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO NUEVE ˚.*ೃ él te necesita ━━━━━━━━━━━━━━
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¿QUÉ SE PODÍA HACER EN cuatro minutos? En cuatro minutos podías beber un vaso de agua, comer algo liviano, correr por las calles de la ciudad, leer las últimas páginas de un libro, escuchar una canción, tocar algo en la guitarra, escribir algo en un papel, regar una planta, saltar la cuerda, besar a alguien o balancearte en una hamaca. Habían tantas cosas posibles, tantas acciones y experiencias que se podían vivir en tan solo cuatro minutos y, aunque Christine hubiese deseado hacer cada una de ellas, en realidad se encontraba haciendo algo mucho más importante. El cuatro minutos, Kiki Weasley debía intentar salvar su vida.
No podía malgastarlos, no podía hacerse bolita en la residencia McDowell, ubicada en Aberdeen y llorar hasta morir (literalmente). No podía darse el tiempo de comer un helado, seguir cuestionando al doctor, preguntarle a Clara si de verdad había escuchado a Tina and the penguins of Glasgow, maravillarse por lo diferente que era esta TARDIS de la que había conocido con el otro doctor o hacerse preguntas existencias. No tenía tiempo para nada más que correr en busca de la caja fuerte que tenía su boleto hacia la libertad.
Tres minutos. ¿Qué se podía hacer en tres minutos?
Christine estaba ordenándole al doctor que utilizara su destornillador sónico para captar alguna señal espacial y él, como si estuviera acostumbrado a las órdenes de la mujer, hizo lo que le pidió sin chistar.
Kiki dio un pequeño salto cuando el doctor exclamó que estaba encontrando una leve señal bastante alejada de la caja fuerte del estudio McDowell y, terminaron corriendo hacia el otro lado de la casa, llegando a una pequeña habitación; En su momento había sido una oficina, pero ahora era una bodega llena de polvo, mal olor y humedad.
Dos minutos. Dos miserables minutos.
Husmearon entre todos los objetos apilados hasta que Clara encontró un pequeño cofre escondido en el fondo de una caja más grande llena de libros. Al abrir el artefacto, el doctor y las dos mujeres tuvieron que cerrar los ojos, sintiendo que la luz proveniente de una hermosa joya los cegaba.
La habían encontrado y, para estar escondida en una bodega asquerosa, se estaba en perfectas condiciones.
Un minuto.
El grupo comenzó a correr hacia la TARDIS lo más rápido posible y, al entrar a la nave, Christine comenzó a sentir como la pulsera que tenía en la muñeca comenzaba a soñar, anunciando que estaba cada vez más cerca de su muerte. El doctor se apresuró en poner las coordenadas en la nave mientras Kiki abrazaba la joya de los Skaletins contra su pecho, sabiendo que aquella era su única salvación.
