x. the debt

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✶ 🌃 ⋆。˚ ⁞ CAPÍTULO DIEZ ˚.*ೃ
la deuda
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CHRISTINE SIEMPRE HABÍA sido una jovencita muy obstinada y, aunque ese rasgo venía claramente por el lado de Llewellyn, el haber vivido sus últimos años de adolescencia con su madre la habían convertido en alguien extremadamente terca cuando se tr...

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CHRISTINE SIEMPRE HABÍA sido una jovencita muy obstinada y, aunque ese rasgo venía claramente por el lado de Llewellyn, el haber vivido sus últimos años de adolescencia con su madre la habían convertido en alguien extremadamente terca cuando se trataba de mantenerse en una idea. Si pudiera resumir su relación con la bióloga y genetista, Marceline Bowie, diría que era ver a Francis y Lois, de la serie Malcom in The Middle.

Kiki nunca logró entender porqué su madre jamás había sido cariñosa con ella; todo era quejas, todo era insuficiente, siempre esperando que Christine rozara la perfección y molestándose cuando no lo lograba. El 70% del tiempo que pasaban juntas, siempre terminaban gritándose, con Marceline tratando de ser calmada por su esposo, mientras que Christine se marchaba a su habitación y cerraba la puerta de un golpe.

En uno de esos momentos dolorosos, en los que se cuestionaba el por qué el actuar de su madre, terminó llegando a la conclusión que no importaba cuanto se esforzara para que le fuera bien en biología, para verse estéticamente bien, para ser una pianista digna de entrar al mejor conservatorio inglés o tener excelentes calificaciones en historia y literatura, ella jamás lograría ser la hija perfecta que Marceline tanto deseaba. En consecuencia, Kiki comenzó a descuidarse un poco más porque ¿De que servía tanto esforzarse en ser perfecta, si eso al final del día no importaba?

Si su madre le decía que debía tener un 10 en biología, ella iba a reprobar. Si Marcelina miraba con desdén una guitarra, ella aprendería a tocar guitarra. Si su madre decía que los aretes en la nariz no eran estéticamente lindos, Kiki llegaría con uno al día siguiente. Si la señora Weasley siquiera mencionaba que la arqueología no era una carrera con buen campo laboral, Christine se esforzaría más de lo que ya lo hacía para entrar a la carrera. La psicología inversa se convirtió en su dinámica diaria y, lamentablemente, el señor Weasley era quien tenía que pagar los platos rotos.

Christine estaba cansada, muy en el fondo, de buscar aprobación, de llevarle la contraria a su madre solo para irritarla y tener que escuchar diariamente como su estadía con Llewellyn solo la había convertido en una muchacha sin rumbo u objetivo en la vida, y bueno, tal vez Marceline tenía razón. Era posible que el criarse con el abuelo Bowie haya hecho que Christine perdiera el rumbo porque... ¿Por qué siempre tiene que existir un rumbo? ¿Por qué no podía vivir el día a día? ¿Cómo iba a dejar atrás años de aventuras sin igual y viajes por el mundo, para asentarte en el viejo y aburrido Londres? Viajar era su rutina, conocer el mundo era el objetivo que tenía y, cuando Llewellyn murió, todo eso le fue arrebatado, en especial porque había sido testigo de la muerte de su abuelo, haciendo que una seguidilla de miedos, inseguridades y ansiedad, crecieran hasta llegar al cielo.

Kiki intentó establecerse en Londres, de verdad lo intentó. Creyó que generando una rutina como la que sus padres, amigos e incluso prometido tenían, iba a encontrar la felicidad. Se convenció de que sus días como aventurera habían culminado, que una vida sin riesgos valía la pena... Pero se equivocó.

anti-hero ♡ doctor who ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora