8- ¿Te pongo?

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Candela

Sé que los jugadores ya se fueron a entrenar, pero yo no quería hablar con Pablo cuando acabaran. No me apetecía hablar con nadie, pero ya se lo había prometido. De verdad me molestó lo que nos dijeron, odio que se rían de mi, Pablo al parecer se lo tomó con humor, yo no. A mí sí que me afectan las cosas que me dicen, aun que sea un mínimo insulto, a mí me afecta.

Salgo de la ducha y solo me pongo la ropa interior, abro las ventanas debido al calor que hace en esta habitación. Me siento en la silla y abro mi libreta, me pongo a dibujar cosas al azar. Pongo el altavoz con música no muy fuerte y empiezo a dibujar.

Pasa un buen rato y oigo que aporrean la puerta. Me dispongo a abrir y efectivamente, Pablo.

-Así no me voy a poder concentrar. -Él me mira de arriba a abajo sin ningún tipo de vergüenza.

-Cierra la puerta anda. ¿O a caso quieres que me vean todos en ropa interior?

-Mis cojones, quien te mire le parto la cara. -Él cierra rápido y se sienta en la cama.

Yo me siento en la silla y le miro a los ojos.

-¿No te piensas poner nada? -Yo niego con la cabeza y Pablo me mira mal.

-No me mires así.

-Candela no soy de piedra, hazme el favor de ponerte algo. -Pablo se pasa las manos por la cara mientras suspira, yo suelto un fuerte bufido y me levanto de la silla.

Al levantarme me dirijo hacia él y paso rozando mi culo por su brazo. Ya que él está sentado en una esquina la cama y el armario está al lado suyo.

-No me provoques capulla. -Yo me giro y le sonrío.

-Cállate y deja de quejarte. Si sabes que te encanta que vaya así. -Cierro el armario y vuelvo a mi silla, no pienso ponerme nada.

-No he dicho que no, solo que no me salen ni las palabras cuando te miro.

-Pues no me mires. -Yo le saco la lengua con los ojos cerrados en modo de burla.

Me saca el dedo del medio y yo sigo a lo mío. Me pongo a dibujar lo que estaba haciendo mientras él está tumbado en la cama a punto de dormirse.

Pasa un buen rato desde que me senté a dibujar. Me levanté para mirar a Pablo y lo vi dormido.

-Chaval despierta. -Yo me tumbo al lado suya bastante cerca de él.

Él se queja y se tumba boca arriba, yo poco a poco me voy acercando más, le acaricio la cara suavemente para que se despierte.

-Bésame ya que estás.

Dicho esto yo me subo encima de él y estampo mis labios contra los suyos. Él pone sus manos en mi cintura mientras yo restriego mi cuerpo con el suyo.

Yo me muevo encima de su regazo para ponerle nervioso, cosa que consigo al notar el bulto de su pantalón.

-Deja de moverte cabrona, que me duele. -Le doy un beso corto y me bajo de él.

-Vamos a comer. -Le digo mientras él me mira con cara de asco.

-Me cago en toda tu raza Candela. -Me dice debido a que le he dejado con las ganas.

Bajamos al comedor, me siento con Pablo, Èric, Unai, Llorente y Yéremy. Comemos hablando de fútbol, yo me mantengo callada casi toda la comida, pero escucho atentamente la conversación que tienen.

Cada uno se va a su habitación, en cuanto entro a la mía me tumbo en la cama y me pongo a dormir, tengo un sueño que me muero, estoy reventada.

Noto un peso a mi lado, pocos segundos después unos brazos me rodean completamente, abro mis ojos y al ver que a mi lado tengo a Pablo una sonrisa tonta se forma en mi rostro.

Un simple mundial • PABLO GAVIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora