•Uno: Dos líderes... un objetivo•

1.3K 97 33
                                    

- ¡Osamu Dazai! -gritó el pelirrojo desde la habitación que ahora iría a compartir definitivamente con Dazai.

El castaño no tardó en llegar corriendo al encuentro de su pequeño. Nada bueno escondían los gritos de Chuuya. Nunca se trataba de nada bueno cuando Chuuya gritaba el nombre completo del castaño.

- ¿Qué pasa? -se acercó a un ¿enojado? No, un Chuuya hecho un mohín. Dazai sonrió al ver lo adorable de las mejillas de Chuuya, no obstante su cuerpo se erizó al caer en cuenta de la desnudez del pelirrojo.

- La ducha se averió. El agua está muy fría. ¡Deja de mirarme así, pervertido! -se paseó, confiado, frente a un inmóvil Dazai que trataba de controlar sus más insanos y primitivos deseos. Tomó una toalla y la envolvió en su cintura.- ¿Te quedas ahí o harás algo?

- Ya llamo a alguien. ¿Dónde vas? -preguntó al ver un conjunto de ropa sobre la cama.- ¿Por qué no me dijiste que saldrías?

«Ignora el cuerpo de Chuuya. Si imagino que no está desnudo no perderé la cabeza. Ignora.» Se repetía mentalmente Dazai cayendo en cuenta de que hacer enojar sólo un poco a Chuuya podría aliviar mínimamente las tensiones de su cuerpo que se encontraba necesitado de alguna caricia del pelirrojo.

- No sabía que me habías pedido mudarme contigo para mantenerme encerrado y al tanto de dónde voy.

- Esa fue una de las razones. Repito la pregunta o no es necesario.

- ¡Ah, no, señor! ¡No pienses ni por un instante que tienes derecho a mangonearme a tu antojo!

- Sólo quiero saber. -tomó su celular para llamar a Odasaku, la única persona que le conseguiría alguien que arreglara lo que sea que tenga la ducha en el menor tiempo posible. Su cuerpo comenzaba a sentirse ansioso de tocar a Chuuya. Ya dos años y su organismo sigue reaccionando como adolescente precoz; sigue actuando como aquella vez en el apartamento de Chuuya, movido por instinto y deseo. Un deseo por el pelirrojo que no cesa, al contrario, se hace más fuerte y más perversiones aparecen en su mente.

- No, estás demandando saber. Es distinto. -no hizo nada por rechazar el beso que recibió de Dazai. Los brazos, ya no vendados por estar en casa, de Dazai lo atrajeron con fuerza al cuerpo que acostumbra acariciar.- Siempre demandas saber. Nos vamos a casar así que comienza a cambiar un poco eso.

- ¿Por qué utilizas la boda en mi contra?

- Porque es necesario recordarte que puedo replantearme algunas cosas. -comentó divertido pero el cambio de miradas de Dazai le hizo saber que no fue divertido. Fue un cambio muy drástico de sensaciones. Antes del comentario los músculos de Dazai no estaban tensos, ni su mirada fría y carmesí; todo su ser a la defensiva.- No hablaba enserio.

- No me gustan esas bromas.

«Dazai y su inseguridad.»

- Te tomas todo a pecho, cariño. -trató de emplear toda la dulzura que fue capaz de adoptar en su voz para calmar al castaño. Normalmente cuando se pone así tarda días en reaccionar. Chuuya se dio bofetadas mentales por no abstenerse de decir lo que dijo cuando sabe mejor que nadie que Dazai es la inseguridad en pasta cuando se trata de su relación.- Te amo. ¿Me crees cuando lo digo?

Miró los ojos coñac de su pareja y sonrió tratando de transmitir confianza en lo que decía. Para su alivio Dazai le devolvió la mirada que tanto adora.

- Deja de emplear ese tonito conmigo. No hablas con un niño.

- A veces así actúas. -acarició la mejilla de su contrario.- Un niño sin seguridad.

- ¿Puedo llamar o seguirás tratando de que acabemos en la cama?

- No estoy haciendo eso. -hizo un mohín de indignación.- Es tu mente enferma la que lo cree. Me ducharé abajo. Llama a alguien para arreglar eso.

Kiss me Again [𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐊𝐢𝐬𝐬 𝐦𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora