•Cuatro: Tiempo•

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Si bien la mentira duele hay veces que la verdad te puede resultar más abrumadora y por eso recurrimos a lo que se dice “mentira piadosa”. Déjenme decir que eso no existe o bien usted miente para protegerse de alguna consecuencia, para causar daño, para burlarse y Dios sabe para cuántas cosas más pero “mentir piadosamente” a un ser amado es contado como pecado y como uno de los peores. Si de verdad amas a esa persona es porque confías en ella y nunca mientes a quien confías. No debes echar por tierra años de confianza y amor por apenas no hacerle sentir mal en unos momentos porque hay una frase que no falla: la verdad duele una vez, la mentira cada vez que la recuerdas.

Lo que Chuuya tenía para decirle a Dazai no era algo que digas «muy grande que causará la peor de las heridas», pero Dazai es muy inseguro y confía más en su pareja que en sí mismo, algo ilógico.

¿Puedes amar cuando no te amas a ti mismo?

¿Puedes confiar cuando no confías en ti mismo?

— No me tienes confianza.

— Eso no es cierto. —gruñó el castaño sintiéndose incómodo y revolviéndose tratando de evitar sentirse excitado. No era momento para eso. Por desgracia su organismo reaccionaba a Chuuya por reflejo.

— Lo es. ¿Pensaste qué? ¿Que te iría a rechazar sólo por lo que hacías? —se ubicó entre las piernas del contrario y trató de buscar su mirada, algo difícil dado el hecho de estar a oscuras y Dazai evitándole.— Te amo y si crees que lo que siento es tan poca cosa como para no escuchar tus razones, no sé que estamos haciendo juntos aún.

— Chuuya...

— Ya sé que te duele escucharlo. Sólo necesito un tiempo.

— ¿Tiempo? —el corazón lo tenía en una mano o peor bajo los pies de Chuuya y si éste decidía pisotearlo no tendría más opción que resignarse. Chuuya fue quien sacó su corazón de lo más negro de su alma así que él tiene el derecho a destruirlo si bien le parece.— Ni siquiera sabes lo que he hecho. Créeme que cuando lo sepas no pedirás tiempo, pedirás distancia de por vida.

— No quiero saberlo. —Dazai ladeó la cabeza confundido, ya se había preparado para contarle todo.— ¿Para qué saber algo que no cambiará?

— Para saber dónde te estás metiendo.

— ¿Y acaso te estoy pidiendo que me des tu pasado? Yo quiero tu futuro y presente, Osamu Dazai. Quiero algo en lo que pueda participar junto a ti, no un oscuro pasado al que no pertenezco. —sonrió con tristeza.— ¿Crees que pienso que has perdido tu humanidad? Te he visto hacerme el desayuno; poniéndote histérico cuando se me olvida poner en agua las flores que sueles darme; ayudándome a estudiar; leyendo poesía. Soy consciente de que revisas mis horarios para ver si en verdad he terminado con todos los trabajos pendientes; colocas todas las noches un vaso con agua en la mesita para que no vaya a la cocina en plena madrugada; revisas si aún tengo aquella botella de vino escondida bajo mi cama y todo eso sin aún vivir juntos. No eres mal novio, menos mala persona para mí eres perfecto, y mío.

— Yo... — la voz le temblaba y tenía ganas de esconderse. Iba a llorar, irremediablemente iba a echarse a llorar si Chuuya seguía hablando de esa manera tan sincera.— No soy perfecto. Soy un asesino, Chuuya, hay que llamar las cosas por lo que son.

— Eras, eras un asesino. —contestó con más seguridad de la que sentía.— Ya no. Ahora eres el Osamu Dazai con el que me casaré. El malobrado intento de momia celoso de uno de sus subordinados.

— No tiene gracia. —resopló a la mención de Tachibara que ha estado muy tranquilo para ser un obsesivo con lo que le pone ojo.

— Vale. Lo que decía. Quiero tiempo.

Kiss me Again [𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐊𝐢𝐬𝐬 𝐦𝐞]Where stories live. Discover now