Regresar a cero

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Félix observó el programa de televisión mientras que Chan terminaba de preparar el ramen instantáneo.

—Solo tengo kimchi para acompañar —se excusó dejando la olla sobre la pequeña mesa.
—No te preocupes, así está bien —contestó Félix.

Últimamente pasaba más tiempo con Chan. Compartían sus ratos libres, salían al cine, iban de compras, bebían alcohol y reían. Chan descubrió que Félix tenía una risa que iniciaba aguda y culminaba profunda. Eso le gustaba, le gustaba el tono de voz de Félix, sus pequitas se le hacían dulces, y sus ojos tan brillantes eran encantadores. Mientras más lo pensaba, más le gustaba Félix.

Sabía que alguien más habitaba el corazón del menor. Entre suspiros dormidos y llantos de borracho escuchó su nombre más de una vez: Hyunjin. Estaba celoso de él, y por tener el amor de Félix y ser el dueño de esa tristeza que se negaba a abandonar al pecoso.

Félix no le habló de su relación anterior, aunque muchas veces -mas de las que deseaba- mencionaba a un tal Seungmin, a quien solía extrañar porque le gustaba hablar con él. Pero de Hyunjin no dijo absolutamente nada.

Comieron en silencio, Félix concentrado en la televisión y Chan en Félix, hasta que Félix dejó los palillos sobre la mesa.

—Me vas a agujerear la cara si me sigues mirando así —dijo de pronto volviendo sus ojos hacia él.
—¿No te cuestionas por qué te miro así? —contestó Chan.
—No realmente —fue tajante porque en ese instante, no podía iniciar una nueva relación.

Felix no podía negar que disfrutaba del tiempo que pasaba junto a Chan, ni que su compañía lo hacía sentir a gusto, pero no podía corresponder cualquier clase de sentimiento que fuese más allá de la amistad.

No espero que Chan actuara de manera impulsiva. Sin preverlo, sintió la presión de los labios de Chan contra los suyos. En vez de negarse, sencillamente cerró los ojos y envolvió el cuello ajeno con sus brazos. Las manos de Chan, grandes y fuertes, se hundieron entre sus ropas, acariciando con cuidado su piel.

No fue difícil para Félix distinguir la firmeza en la entrepierna de Chan. Lo extrañó. Extrañó los besos de Hyunjin en su cuerpo, sus jadeos, su posesión, y extrañó a Seungmin, su delicadeza, sus ansias.

Su mano viajó directo hasta su bulto para acariciarlo sobre su pantalón con suaves movimientos que simulaban una masturbación lenta. —¿Quieres hacerlo? —preguntó, mirando a los ojos a Chan.

Chan supo que no lo veía a él, no obstante, no se negó.

El interior de Félix se sintió jodidamente bien. Él sabía cómo hacerlo, como mover sus caderas, como brincar contra su cuerpo. Sus pezones eran sensibles a las mordidas y le gustaba duro, aunque a Chan eso no le iba tan bien.

Le hizo el amor suavemente a Félix, probando las partes de su cuerpo que no conocía, aprendiéndose sus detalles, el recorrido de pecas que se esparcía por su piel.

Ambos desnudos, envueltos entre las sábanas, se contemplaron fijamente. Felix sonrió con timidez, sus mejillas ruborizadas eran preciosas, y se veía guapo, aun con el cabello apelmazado y adherido a su piel a causa de su perlado sudor. Chan quiso creer que ese lindo gesto le perteneció.

—¿Quieres salir conmigo? —preguntó Chan, extendiendo su mano para acomodar las húmedas hebras del pecoso.

Félix lo contempló unos segundos y buscó su mano para entrelazar sus dedos. —Sí —contestó acercándose para depositar un besito en los labios del mayor.

❝ Tres ❞  -  「hyunminlix」Where stories live. Discover now