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EL REY DEL AVERNO
(En el bosque de Ox – Segunda parte)

Historia original de Hikari . Historias y más

Ese día poco antes de colocarse el sol una extraña figura paseaba por los rincones del castillo, se trataba de un hombre buenmozo muy parecido al príncipe de la oscuridad.

—Hace mucho que no venía a este castillo — se dijo observando los cuadros.

De pronto algo llamó su atención

—Ese olor…

Su sentido del olfato no podía engañarlo

—Hay humanos aquí

Reymond recorrió los pasillos siguiendo ese aroma hasta encontrar a una bella joven de cabello negro y largo, verla despertó rápidamente su apetito. Milk ni siquiera noto a ese ser que se acercaba a toda velocidad a ella, cuando giro a verlo ya estaba casi en sus manos, pero…

—Vegeta —dijo Rey Vegeta en tono de sorpresa y autoridad.

El joven vampiro sostenía el brazo de su padre, impidiendo que su progenitor cumpliera su cometido. 

—Pero ¿Qué haces? Suéltame inmediatamente —ordenó.

—La muchacha es de Kakaroto.

El rey se hizo soltar de un tirón. 

—No me hables de ese bastardo, poco me interesa que esta sea su presa.

Vegeta frunció el ceño en franca molestia.

—Te he pedido muchas veces que no te expreses así de mi hermano.

Milk temblaba de miedo sin atreverse a moverse de ese sitio.

—Ve con Bulma mujer, yo me quedaré con mi padre.

La muchacha asintió nerviosa y se fue corriendo.

—¿Tienes a otra humana aquí?

—Bulma ahora es vampiro, yo la convertí hace poco, es mi mujer y la muchacha que acaba de irse es esposa de Kakaroto.

—Bien… Quiero conocerla —dijo recuperando su glamurosa postura real.

El príncipe llevo a su padre hasta la habitación donde Bulma abrazaba a su amiga que aún estaba asustada y se asusto más al volver a verlo.

—Bulma —la llamó el príncipe— Ven aquí.

La muchacha se acerco a su suegro algo tímida, no era difícil darse cuenta de quien se trataba.

—¿Así que tú eres la mujer de mi hijo? —interrogó el rey sin esperar en realidad respuesta.

Ni siquiera dejo que la peli azul hablara, dio media vuelta y se alejo sin despedirse.

—No sabia que tuvieras un padre, es decir…

—Mantén a tu amiga encerrada aquí hasta que se vaya.
  
Vegeta cerró la puerta y bajo a la sala sabiendo que la conversación no sería agradable, cerró los ojos y respiró profundo antes de acercarse a su padre, que tomaba una copa de vino en silencio.

—No has perdido tu encanto con las mujeres —dijo con sarcasmo.

—Es bonita.

Le dice pasándolo de largo y sentándose en el sillón.

—Es como tu madre.

Bebe un poco de su copa de vino y mira al vacío como recordando.

—Las mujeres bonitas solo traen problemas — sentencia al fin.

—Mi madre no tuvo la culpa de lo que le paso.

Reclamo Vegeta en el acto, sabiendo a lo que se refería. 

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