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LA DESPEDIDA
(En el boque de Ox – 9na parte)

Historia original de Hikari Tyrell

Los labios de Milk se tornaron de carmín, sus mejillas sonrosadas anunciaban la vida de su cuerpo y al fin sus ojos se abrieron dejando a la vista de Bulma el nuevo tono rojizo de sus ojos de vampiresa.

—Bulma — dijo, tratando de recordar— ¿Qué sucedió?

Se incorporó y automáticamente colocó ambas manos en su vientre ya muy desarrollado, su instinto le advertía su situación, pero su razonamiento le decía que era imposible.

—Milk… —balbuceo Bulma— Acaso ¿Estas embarazada?

La joven la miro tan sorprendida como ella.

—¿Qué sucedió? — preguntó nuevamente, esperando que su amiga diera una respuesta a la pregunta que ella no podía contestar.

—Lilith… Lilith te atacó… estabas muerta. Goku estaba tan furioso, tan fuera de sí, que fue tras ella en busca de venganza y Vegeta… Vegeta fue detrás de él, pero antes te dio su sangre y funcionó ¡Milk regresaste a la vida! pero…

Ambas miraron el vientre de la pelinegra, era un detalle que nadie esperaba.

—¿Puedes sentir algo? —preguntó la peli azul.

—Si — contestó Milk— Siento la vida.

Mientras en Vegitta, lo único que se podía sentir era la muerte, los vampiros buscaba los cuerpos de los suyos para enterrarlos y su rey luchaba por sobrevivir en medio de una terrible fiebre.

—¿Los dejaste ir? —reclamó a su primogénito.

—Padre ¿Acaso no te das cuenta de todo el mal que ha traído este odio insano? Se ha convertido en un circulo vicioso de muerte y sufrimiento ¿No crees que es hora de detenerlo?

Rey Vegeta iba a contestar, pero se detuvo al ver a Goku entrar a la habitación, el joven se acercó con paso lento al lecho de su padre, por la tristeza de su mirada parecía que el odio y la rabia que lo llevaron hasta ahí se había aplacado.

Hubo un largo silencio en aquel cuarto hasta que el rey dijo al fin.

—Perdóname.

El joven lo miró sin contestar, ojalá las cosas fueran tan sencillas como abrazarlo y que de ahora en adelante todo estuviera bien, pero no era así y ambos lo sabían.

—Dime, padre —pidió dudando de querer oír la respuesta ¿Alguna vez? Aunque fuera por un instante ¿Me amaste?

El rey guardo silencio nuevamente sin mirar a ninguno de sus dos hijos, realmente hablar de este tema era someterlo a mucha presión, era hacerlo pensar en cosas que no quería recordar y en sentimientos que no quería analizar, ni admitir.

—El embarazo de tu madre, no fue normal como con Vegeta —comenzó a contar— Su vientre creció muy rápido, demasiado, las abadesas decían que el producto iba a matarla, era solo obvio que no eras mi hijo y tampoco un vampiro —volvió a guardar silencio para recordar y luego continuo— Yo solo podía pensar en eliminarte, mi miedo de perder a Esmeralda era más grande aún que mi vergüenza, pero tu madre te protegió, ella te protegió siempre, no le importo morir, continuo con su embarazo hasta el final… no la mataste. Sin embargo, la condenaste a un infierno… a un infierno al que yo mismo la sometí, yo la amaba —se le quebró la voz— Pero no podía olvidar que tú no eras mi hijo, te veía y miraba la cara de ese maldito, mil veces ella te protegió de mi ira, como un escudo al que dañé día a día hasta que finalmente murió.

Era un hecho que los tres lamentaban, la perdida de la reina había afectado a cada uno a su manera, volvieron a guardar silencio hasta que Rey Vegeta concluyó.

—Eres hijo de la única mujer que he amado en mi vida, yo te crie, eres parte de mí, eres mi hijo.

Para Goku fue importante escuchar esas palabras. Sin embargo, no podía ignorar la realidad.

—Pero no es suficiente ¿Verdad? Dime padre… ¿Continuarás persiguiéndolos?

El rey fue totalmente honesto en su respuesta.

—Bardock y toda su maldita especie deben morir.

—Al maldecirlos también me maldices a mí.

Era inevitable.

—Si sobrevivo esta noche, juro que no descansare hasta verlos destruidos.

Goku poso su mano en la de su padre en un gesto de compasión, de cariño y de despedida. Dio media vuelta y sin decir nada más se propuso a salir de ahí, Vegeta que hasta ese momento no había intervenido en la conversación por respeto, salió tras de él adivinando que se marcharía.

—¿A dónde vas?

—Yo no pertenezco aquí, mi lugar es con la especie que él tanto odia.

—No estoy de acuerdo con la postura de nuestro padre, pero esta es tu casa y nosotros tu familia.

—Eso no importa, mientras mi sangre sea la de Bardock yo soy el enemigo.

—¿Confías tanto en ellos? ¿Sabias que el sujeto que hirió a nuestro padre venia confabulado con Lilith? Trataron de ponerle una trampa.

La información hizo titubear a Goku.

—¿Lilith? No es posible, Black la mato en Ox.

—Mira no sé que te haya dicho, pero fue papá quien acabo con ella. Goku date cuenta, podrán llevar la misma sangre, pero solo te están usando para los mismos propósitos de Reymond.

Goku realmente estaba sorprendido.

—Me engaño.

—Yo soy tu hermano Goku, regresa conmigo a Ox.

Hubiese deseado decir que sí.

—No puedo… lo siento.

Vegeta se dio cuenta que de nada serviría insistir.

—Quédate esta noche, ordena tus ideas, si por la mañana aun quieres irte no te detendré.

Esa noche ninguno pudo dormir, por sus mentes giraban mil cosas que les hacia pensar estar en una pesadilla, una pesadilla que parecía no acabar jamás. Cuando al fin amaneció lo primero que hicieron fue preguntar por su padre, los curanderos les informaron contentos de que el rey estaría bien.

Ambos sintieron alivio, con o sin defectos ese hombre era su padre. Goku sonrió y Vegeta al míralo y ver su expresión ya sabía su decisión antes de que la dijera, caminaron hacia afuera sin decir palabra y se detuvieron cerca a la entrada a palacio, sus caminos se separaban a partir de ahora.

—Me harás falta.

—Y tú a mí, creo que es la primera vez desde que tengo uso de razón que nos separamos.

—¿Dónde iras?

—Aún no lo sé, pero estaré solo, es el destino para alguien que no pertenece a ninguna parte.

—Sabes donde encontrarme, esperare por ti… siempre.

Goku asintió con una sonrisa cargada de sentimientos de cariño y dolor, luego se transformo en lobo y siguió su camino, Vegeta se quedó ahí por un largo tiempo mirando el cielo, secretamente le pidió a su madre que siguiera protegiendo a su hermano menor. Se disponía a entrar a palacio cuando el pequeño Kiki corriendo llegó a dar su mensaje.

—¡Mi señor, mi señor! ¡La humana está viva!

Automáticamente Vegeta giro la cabeza hacia el lugar en que su hermano había desaparecido y como el viento fue detrás de él, no logró alcanzarlo, fue de un lado a otro tratando de encontrarlo, pero fue inútil. Kiki no había llegado a tiempo…

Gracias por leer hasta aquí 🖤

la brujita Where stories live. Discover now