:¨·.·¨: ૮₍ ' ꒳ '₎ა 𝗹! 可爱 ♡ °·.·° ⸝⸝ '' stay soft. it looks beautiful on you.'' ♡
─────────────────────────
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A V I S O : Este one-shot está escrito sin saber la autora sobre el lore de Scaramouche a detalle, por lo que pueden haber errores. ¡Se solicita que no se hagan spoilers!
Las flores de Sakura que se desprendían del cerezo Sagrado no brillaban tanto cómo antes. O esa era la pobre sensación que tú sentías. Inazuma parecía sumida en una horrible y espesa niebla emocional, cuyo origen atabas a los planes de la Arconte.
Suspiraste mirando la ciudad desde la privilegiada vista que el Santuario Narukami te ofrecía. Una vista hermosa imposible de apreciarse en tan malas condiciones. Miraste esta vez al pequeño patio interior del Santuario, buscando con la mirada a Yae, con tal de solicitar el día libre. Necesitabas desconectar del trabajo. Solo te hacía pensar en la Arconte constantemente, y por alguna sensación, no te daba buena impresión.
── ¿En qué piensas tanto? ── La voz de la Suma Sacerdotisa rozó tu oído izquierdo, en lo que estabas demasiado obnubilada en tus pensamientos.
── Iba a buscarla, señorita Yae. ── Respondiste, girándote y alzando la mirada ligeramente con tal de mirarla a los ojos. ── Me gustaría solicitar el día libre, no me encuentro muy bien...
La kitsune inspeccionó tu rostro y cuerpo momentáneamente. Tal vez fue tu melancólico rostro. Tal vez fue tu triste tono al pronunciarte. Pero para tu sorpresa, aceptó, sin hacer preguntas y sin tratar de engañarte con una encerrona de las suyas.
── Ten cuidado, los bosques no son seguros estos días.
Bajo aquella advertencia, asentiste, dispuesta a descender la montaña.
Aquel camino podía resultar tedioso a aquellas personas sin la costumbre, pero para ti era, usualmente, un camino de paz. No obstante, últimamente el ascenso de la montaña hacía tu alma pesar. Y es así cómo cuánto más descendías, más pureza al respirar podías sentir, más vida urbana, alejada de todo misticismo posible.
Honestamente, un extraño instinto te llevó a meterte de lleno en el bosque Chinju. Incluso si estaba justo en la falda de la montaña, la magia en este se sentía más pura que allá arriba. Sí, hiciste caso omiso a la curiosa advertencia de la Suma Sacerdotisa. No es cómo si ella fuera a saberlo.
Las hojas hacían un ruido gentil bajo tus pies, a la par que el agua corriendo unificaba cada paso. Un suave sollozo rompió aquella calma. Primero uno, luego otro, luego un tímido llanto.
