CAPÍTULO 3

869 39 0
                                    

Victoria

¿Cómo es posible que no me acuerde de nada? ¿Qué fue lo que sucedió? Observe a todos en mi alrededor y comienzo a llorar, miro hacia otro lado, cierro los ojos para no entrar en pánico, pero es imposible de no hacerlo.

— Llama un médico para que la examinen — escucho ordenar la voz de una mujer.

No se quien puede ser tampoco quiero voltear.

— Quiero que se vayan todos de aquí — dice con un tono serio.

— Pero...— mi hermano trata de protestar, pero luego se calla, oigo que se abre y cierra la puerta.

— Soy Selene Abad, esposa y vieja dama de Ezosi — se presenta. Un silencio en la habitación se hace presente hasta que decidió presentarme y mirar a Selene.

— Soy Victoria Katsaros — murmuro con un tono suave. Ella trata de hablar, pero se escucha que tocan la puerta.

— Adelante — dice con tranquilidad, entra el doctor y otra chica desconocida tiene un chaleco de propiedad como la esposa de Ezosi.

— Comencemos — es lo único que dice el doctor al terminar de ponerse los guantes.

esto parece una película de terror

Una hora más tarde...

El doctor ha terminado de hacer el chequeo y curar mis heridas, levanta su mirada, nos observa.

— No hay nada que puedan preocuparse. No ha pasado grave — habla el doctor con un tono suave y todas suspiramos de alivio. Selene me observa y aprieta mi mano con tranquilidad.

— Solo tiene un pequeño golpe en la cabeza y eso es todo — explica con una sonrisa en los labios.

— Gracias doctor — decimos las tres al mismo tiempo.

— Estarás bien. Encontraremos al culpable de esto ¿De acuerdo? — dice Selene. El doctor sale de la pieza, en eso entra mi hermano menor con preocupación.

— ¿Qué digo el doctor? — pregunta con desesperación, Silvia se acerca a él para tranquilizarlo.

— Solo tengo un golpe en la cabeza. Estaré bien — hablo y asiente, se aproxima a mí, me abraza.

— Tengo miedo de perderte. No quiero que te pase nada malo — dice con un tono entrecortado.

— Tranquilo, todo está bien. Estoy bien — consuelo a mi hermano pequeño por unos minutos cual hace que mi corazón lata muy fuerte.

Siempre quise consolarlo así de chico y no tuve la oportunidad ni de protegerlo.

— ¿Qué hacías en ese parque, Victoria? ¿con un perro y tu maleta? — interroga cuando se separa de mí, trago saliva.

— Me echaron de mi alquiler, yo no tengo donde quedarme sabes que es difícil conseguir empleo en este lugar — explico con un tono bajo. Mi hermano y su esposa se miran entre si y asienten con la cabeza.

— Te quedaras con nosotros hasta que consigas trabajo y un empleo ¿De acuerdo?

— No quiero ser una...— el corta mi oración.

— No eres una carga, Victoria. Deja de decir esas cosas — me regaña.

— ¿No tengo ninguna opción de rechazar tu oferta? — cuestiono con timidez y niega con la cabeza.

— No hermanita — es lo único que dice con una sonrisa en sus labios, se da la vuelta y se va de la pieza antes de que proteste.

Anaut me volverá loca algún día.

Unos días más tarde...

Hace dos días que me mudé con mi hermano menor a su casa, debo admitir que me siento una intrusa ya que él tiene su propia familia.

Por otro lado, siento que Betiri me odia o no le caigo bien por alguna razón y necesito averiguar que es.

Salgo del pequeño apartamento que esta atrás de la casa de mi hermano y entro a la cocina, encuentro a Anaut en la cocina desayunando con sus hijos y sonrío.

— Buenos días — saludo a todos.

— Buenos días — contestan todos al mismo tiempo.

— ¿Qué harás hoy? — pregunta mi hermano de repente.

— Buscar trabajo — contesto.

— Quiero que me acompañes al taller. Creo que encontré un trabajo para ti — suelta con una sonrisa, mira a su esposa quien responde su sonrisa.

¿Qué pretenden estos dos? Espero que no hagas nada estúpido. Anaut. 

***

Lo siento...Estuve enferma y no pude actualizar nada. 

Las fechas de los están cambiados para poder cumplir con ustedes y que este libro no se quede sin maratón.

Bonita seducción (#3 Mc W.K) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora