EPÍLOGO

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Betiri

Tiempo despues...

Han pasado cinco años desde que me casé con Victoria, tenemos cinco hijos; Ezequiel, Enzo, los gemelos más traviesos del mundo Edward, Edwin y por último Edison. Victoria no quiso más hijos y la comprendo ya que luchamos con ellos cinco todos los días.

Ezequiel y Enzo tienen 18 años, Edward y Edwin tienen 11 años y Edison 6 años. Mis hijos mayores forman parte del club, Enzo está haciendo lo posible para ingresar en la facultad de medicina. Los gemelos son problemáticos en la escuela, pero nunca fueron alumnos con malas calificaciones. El ultimo esta empezando la escuela.

Por otro lado, estoy de acuerdo los primeros meses en que nacieron los gemelos, Victoria era muy sobreprotectora con los bebés hasta que Selene le aconsejo varias cosas, le hizo tranquilizarse ya que yo no podía hacerlo. Era frustrante estar en casa y los niños también me entendían. Los primeros meses los bebés lloraron mucho en las madrugadas y eso hacía que todos estemos irritados.

Por otra parte, sigo yendo a la casa club, todo está bastante tranquilo, los hermanos suelen viajar como siempre, mis hijos mayores me acompañan, los niños también quieren ir así que nos vamos todos juntos, pero en la camioneta ya que los gemelos y mi esposa no sabe manejar la moto.

En cuanto al hospital, mi esposa sigue trabajando ahí, le encanta trabajar en ese lugar y eso me pone feliz porque ella también lo es.

Mis pensamientos son interrumpidos al sentir que alguien me golpea en mi hombro, me doy vuelta para reclamar a la persona y me encuentro con el prez.

— Betiri — me llama Ezosi enojado.

¿Y ahora que hice?

— Hola, prez — hablo con sarcasmo, le paso una botella de cerveza.

— Gracias — agradece y asiento con la cabeza, Ezosi y yo comenzamos a conversar cosas del club, vemos que viene hacia nosotros Anaut con su hijo, quien se va hacia donde están todos los jóvenes ahora con Gael quien se suma al grupo.

— ¿Qué están tramando esos jóvenes hormonales? — pregunta Anaut, agarra una cerveza empieza a tomar, encojo los hombros.

— No tengo idea — respondemos Ezosi y yo al mismo tiempo. Escucho pasos que vienen atrás de nosotros, los tres nos damos la vuelta y vemos a nuestras mujeres quienes se sientan al lado de nosotros, ellas toman también una cerveza.

— ¿Dónde están los niños? — cuestiona con un tono bajo mi esposa, hago una seña y ella asiente con la cabeza.

— Todo esta muy tranquilo y no me gusta — murmura con un tono bajo.

— Estoy de acuerdo contigo, cariño — afirmo concordando con ella.

Dias mas tarde...

Hoy es el aniversario de casamiento con mi esposa y todos los años salimos a cenar. Enzo y Ezequiel cuidaran de los niños, Victoria está preocupada porque ellos nunca habían sido niñeros de los pequeños.

— Tienes que estar tranquila, todo estará bien — hablo con un tono suave y ella suspira, afirma con la cabeza.

— De acuerdo, vámonos a la cena antes de que me arrepienta — comenta, agarra mi mano y me estira para salir de nuestra casa, nos vamos hasta el auto.

Minutos más tarde...

Hace 5 minutos que estamos sentados en el restaurante que hice reservación por nuestro aniversario.

— Quiero agradecerte — admito mientras miro a mi mujer quien pone cara confundida.

— ¿Por qué? —pregunta.

— Porque me enseñaste a tener buenas cosas, aprendí a tener más confianza en las personas. Me diste unos hijos maravillosos también educaste conmigo a Enzo y Ezequiel sin importar que resulten hijos de otra mujer — menciono, agarro sus manos, ella me sonríe.

— No hace falta que me agradezca nada, Betiri. Te amo, mi vida. Yo siempre estaré para ti — habla. Nuestros pedidos llegados empezamos a comer con tranquilidad hasta que mi teléfono suena, veo disimuladamente el mensaje de Ezequiel.

Papá estamos en el hospital con Edwin. Se lastimó su frente.

Carajo, mi mujer me va a matar por esto.

Enseguida estamos ahí.

Leydo 21:00

Observe a Victoria quien viene tranquilamente su hamburguesa, trago saliva con nervios.

— Los niños están en el hospital — comento y ella deja de comer.

— ¿Qué fue lo que paso? — pregunta con preocupación.

— Edwin se lastimó su frente. Le curan y se van a la casa — explico y asiente con la cabeza.

Horas más tarde...

Entramos a la casa y vemos que mis hijos están dormidos en la sala de estar con el televisor encendido. Miro a mi esposa quien me hace una seña para ir hacia la pieza ya que no quiere despertarlos. 

 — Los niños hicieron un buen trabajo ¿verdad? — dice mi esposa mientras entramos a la habitación y asiento con la cabeza varias veces. 

—  Hicieron un buen trabajo —  admito con una sonrisa en el rostro, Victoria me responde igual, se aproxima a mí y besa mis labios. 

—  Te amo Betiri — habla.

—  Te amo Victoria, gracias por no darte por vencida conmigo —  respondo.

Esta bonita seduccion que tengo con ella todavía no ha terminado, seguiremos avanzando juntos y como pareja. 

Bonita seducción (#3 Mc W.K) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora