CAPÍTULO 50| Belén

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La reunión comenzó con una tensión extraña. Adrián en todo momento sostuvo mi mano sobre nuestras piernas o, mejor dicho, permitió que yo sostuviera la suya.

Chelem se veía molesta frente a nosotros. Los demás estaban desperdigados por las demás sillas de la mesa, todos con una expresión también de enojo. Quizá los únicos que no estaban así eran los hechiceros que se posicionaron en los dos puestos frente a la mesa.

La hechicera se levantó en un determinado momento y dio una mirada rápida por todos los presentes sin detenerse mucho tiempo en nosotros, como si la emoción que mostró al principio, cuando me notó, nunca hubiese existido.

—Bien, ¿cuál es el problema hoy? ¿Por qué pidieron esta reunión? —Su voz, de nuevo, causó que maripositas en mi estómago revolotearan. Era muy posible que ni siquiera hablara nuestro idioma y solo pretendiera hacerlo, pero era tan linda. 

La voz de los hechiceros siempre resultaba atrayente, solo que, entre más años tuviese el hechicero, más interesante resultaba escucharla hablar.

De la persona que tomó la palabra solo sabía que era de la familia que más aportaba al sostenimiento de la familia Alfa, lo que significaba que tenía mucho poder por si decidía dejar de donar lo que ya daba. 

—Estamos inconformes por el manejo que se está dando a la manada y por los actos que está cometiendo el líder. Para mi familia y para muchos de los presentes, actuar en contra de tu pareja significa que actuarás en contra de la manada. Creemos que el alfa no está capacitado para llevar la responsabilidad de la manada y exigimos que se haga un cambio.

Una piedra cayó en mi estómago al escucharlo. ¿Un cambio? ¿Se refería a un cambio de líder? 

Tragué saliva de forma audible y apreté más la mano de Adrián.

La familia de Julia se puso de pie para tomar la palabra a la fuerza.

—Nosotros no estamos de acuerdo, sabemos lo sucedido y rechazamos toda injuria a nuestra líder, pero no están tomando en cuenta que eso fue algo que entre pareja acordaron. 

—¿Y la guerra innecesaria con otras manadas qué? Nos hemos alejado de nuestras relaciones más fuertes, se está hablando mal de nosotros. El chico está joven, pero parece más un niño que un líder formado. William ya mostraba problemas, pero no permitiremos que otro más venga a dañar por lo que se ha trabajado por siglos.

Apreté mis labios. Estaba tan de acuerdo con lo que decía el hombre, pero no quería decir nada. Cualquier palabra que saliera por mi boca luego podrían usarla en mi contra.

Lo que sí me parecía curioso es que Chelem no dijese nada. Su madre no estaba en la reunión y eso también me parecía extraño.

Atrapé la mirada de la hechicera que volvía a mirarme.

—Quizá la decisión no es cambiar de alfa, sino acompañar al que ya está. Chelem tomó el control de la manada hace muy poco y porque asesinaron a su padre. No estaba del todo listo.

Los padres de Julia intentaron de nuevo tener la razón, pero, por los rostros de los demás, supe que no estaban de acuerdo con esa propuesta. Apreté más la mano de mi novio que se removió en su silla, supongo que por la incomodidad de mi presión. 

—Nosotros —tomó la palabra mi suegro— estamos de acuerdo en que se debe hacer un cambio. La edad no define el comportamiento de un alfa, mucho menos hace excusable la traición a su compañera. Enlace antes que manada, manada antes que vida, lo dice muy claro nuestro lema. Y aunque ellos lo hayan acordado, tuvo que haber algo para que testigos digan el estado de Loren, aunque la veamos muy maquillada ahora…

Luna creciente (Precuela Cantos a la Luna)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang