CAPÍTULO 40

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LUCCA ANDREOTTI

Después de una maravillosa y extenuante noche de bodas, tomamos un avión privado hacia la isla de Capri donde nuestra segunda celebración se llevaría a cabo con tradiciones antiguas de mi familia; nuestros amigos y nuestros padres nos acompañaban, conversando animadamente mientras Chiara se entretenía haciendo una gran trenza en el cabello de Alexandra y Daphne iba colocando pequeños broches en todos los espacios que quedaban.

En uno de los primeros asientos Isabella Bogani y mi madre conversaban sobre los últimos detalles de la ceremonia y sobre las distintas tradiciones que tenía la familia Andreotti, así como los bailes que jugaban un papel indispensable en una boda italiana; mientras tanto el señor Pemberton y el señor Bogani hablaban sobre temas de negocios para pasar el tiempo y Benjamin, junto a Pietro estaban perdidos en quien sabe que conversación.

-        ¿Impaciente? – preguntó Noah y me giré para prestarle atención

-        Bastante; te juro que quiero llegar, celebrar la ceremonia y disfrutar de la luna de miel con Alexandra

-        ¿Por qué celebrar dos bodas? – preguntó con interés y miré por un segundo en dirección a mi madre

-        Más que todo por ella – dije volviendo mi atención a Noah – Mi madre siempre soñó con mi matrimonio, ella esperaba celebrar una boda italiana con todas esas tradiciones que, aunque no entiendo, me enseñaron a respetar; sé que mi madre adora a Alexa, pero también sé que todo este caos no es lo que esperaba y sé que le duele estar separada de mi padre, así que al menos quiero cumplirle el sueño de verme celebrando una boda italiana y Alexandra está encantada con la idea de hacerla feliz.

-        Es un lindo gesto y según lo que me comentó Pietro algunas de las tradiciones son divertidas

-        Ni me lo digas – respondí con cansancio y Noah rompió a reír – Les dimos pase libre y se aprovecharon de nosotros

-        Piensa que todas las tradiciones significan algo, por más extrañas que sean y que terminaran antes de que te des cuenta

-        Espero tengas razón – acepté respirando profundamente

-        Aunque el video de la boda perdurará para siempre – comentó y rodeé los ojos, aunque igualmente me reí

Una vez que llegamos a Capri, mi madre e Isabella desaparecieron en compañía de la organizadora para ver si los últimos detalles estaban listos y tanto el señor Pemberton como el señor Bogani las siguieron de cerca mientras que las chicas junto a Daphne desaparecían rumbo a Dios sabe donde e igual que ellas, terminé siendo arrastrado por los chicos hacía el bar más cercano.

-        Bueno, tenemos poco más de tres horas, ¿Qué les parece si vamos a divertirnos? – preguntó Noah con tranquilidad y Benjamin lo apoyó de inmediato

-        Conozco el lugar ideal para divertirnos – dijo Pietro con esa mirada que solo podía significar problemas

-        Recuerden que estoy casado – advertí – Y ustedes recuerden que tienen parejas muy celosas – dije mirando a Noah y a Benjamin

-        ¡Pues yo estoy soltero! ¡Viva la soltería! – gritó Pietro y no pude evitar reír

-        Vamos a divertirnos y si algo sale mal culpamos al soltero – dijo Benjamin como si fuera lo más natural y todos asentimos mientras que Pietro nos miraba ofendido

Nos dejamos guiar por Pietro que se veía bastante emocionado y finalmente llegamos a un bar que se encontraba oculto en una antigua calle y donde reconocieron a mi amigo de inmediato, lo que no fue sorpresa para nadie.

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