Capítulo V

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Decir que Ben estaba enfadado sería puro eufemismo. 

Aquel fin de semana llegó repleto de asignaciones y tareas de distintas clases, las cuales logró manejar sin volverse loco gracias a la acertada intervención de Lexie y Frank. Ellos trataban de aminorarle la carga explicándole los métodos de evaluación de algunos profesores, lo cual le dio una idea más clara sobre cómo proceder. Y fue de gran utilidad. 

A decir verdad, fue un poco abrumador terminar la semana sin morir en el intento, en especial porque algunos rumores se habían esparcido por la escuela, y a Ben lo tomó por sorpresa notar las miradas indiscretas, sumados a los cuchicheos en los pasillos. Al principio no entendió qué sucedía, pues pasó de ser el chico invisible, a ser al que todos miraban como si de pronto le hubiese crecido una segunda cabeza alienígena.

Durante el almuerzo sus dos nuevos amigos lo abordaron sin rodeos, preocupados por lo que habían escuchado, aun si Ben no tenía idea de cómo rayos se enteraron tan rápido sobre su pequeña confrontación con Jacob en clase de francés. 

Vaya que en Santa Rosa abundaba la gente chismosa. 

—No pasó nada —trató de tranquilizarlos, algo que no funcionó—. Digamos que fue un incidente desafortunado. 

—¿Incidente? Suena a más que eso —meditó Frank, frotándose la barbilla—. Jacob es difícil de tratar y su paciencia es limitada —Después se inclinó sobre la mesa repleta de snacks, con el único propósito de que solo ellos escucharan—. ¿Le hiciste algo? 

Ben negó en un vano intento por sepultar el tema, además, por el bien de su salud mental omitió contarles sobre la pelea de la cual fue testigo en el estacionamiento. Ya había constatado de primera mano que Jacob era un idiota, si se los decía, convertirían en un escándalo algo tan pequeño y Ben no quería seguir dándole vueltas al asunto.

Por otro lado, tampoco necesitaba que nadie le dijera que tal vez desde ese momento Jacob decidió que sería divertido meterse con él, por haberse inmiscuido en un asunto que no le incumbía al ofrecerle su ayuda. Ben hundió los hombros comprendiendo que, sin darse cuenta, contribuyó a cavar su propia tumba. 

—Únicamente lo he visto una o dos veces a lo sumo antes de hoy —mintió. 

—Extraño —Frank no parecía creerle—. Tienes unos cuantos días aquí y, de alguna manera, te las arreglaste para llamar su atención. Amigo, eres hombre muerto...

Ben puso los ojos en blanco por el comentario. Aun si Jacob tenía fama de matón, realmente no fue tan estúpido como para intentar hacerle algo malo frente a un profesor y meterse en problemas gratuitos solo porque sí.

Cierto que sus habilidades sociales dejaban mucho que desear, y todo cuanto salía de su boca no era otra cosa que sarcasmo en el modo más crudo, pero tomando en cuenta la actitud de Jacob ante los dos jugadores de Fútbol con los que discutió al grado de ponerse físicamente violento, en comparación no fue nada que Ben no pudiera manejar. 

—Ya déjalo en paz—Lexie lo regañó y le dio un manotazo. Frank se irguió, frotándose el brazo con disgusto—. Tal vez Jacob intenta asustarlo porque es nuevo en la escuela. 

—Es una posibilidad... 

Ben dejó escapar un suspiro derrotado, su dolor de cabeza empeoraba por momentos. Dios, era su primera semana en la escuela y deseaba renunciar. ¿Cómo iba a sobrevivir el resto del año? Lo más probable sería que le diera un infarto antes de graduarse. 

—Escuchen, esto no es sencillo para mí, ¿de acuerdo? —suspiró resignado—. Pero creo que puedo tratar con él —Luego elevó su mano con tal de evitar que hablaran, pues ambos se apresuraron a discutir—, y si no, recurriré a mis padres. Conociendo a mi mamá, el director no querrá una visita suya en un futuro cercano. 

Mi voz en tu silencio PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora