Capítulo 18

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- ¡YA ME ACORDE! - grito eufórica la chica haciendo hasta cierto eco en el laboratorio por lo fuerte que lo hizo. - ¡Ya lo recorde, cuatro ojos! - repitió para correr en dirección a su compañero de trabajo que estaba sentado frente a una gran computadora dándole la espalda. - ¡Recordé cuantos años tengo! - exclamó feliz abrazando por detrás al chico rodeando el cuello de él con sus brazos. -

El científico hasta dejó de hacer su trabajo para tener su atención, parece que al fin lo de casi forzarla a recordar le ha hecho bien.

Si podía ir recuperando su memoria de a poco sería excelente para ella y hasta para él.

- Con tanta fuerza no, Dem. - le pidió por que la fuerza que le estaba aplicando casi lo estaba ahorcando. - Me quedo sin aire. - pronuncio con dificultad. -

Ella dejo caer casi todo su peso en sus hombros, sus brazos cayeron para reposarse en su pecho y una pequeña parte de su abdomen para que el rostro de ella quedará en su hombro izquierdo cerca de esa extraña cicatriz que él poseía.

- ¿Cuantos años tienes? - le preguntó como si fuera la primera vez que se lo preguntaba. -

Ella rio, estaba demasiado contenta de poder recordar eso ya que por cada cosa que ella recordará él iba a darle respuestas a las preguntas de ella.

Si ella sabia su edad, sabría la de él y así sucesivamente con varias otras preguntas que ella le ha hecho a él.

- Tengo veinticinco. - logró responder calmando un poco sus risas de emoción. - Son veinticinco añotes, nerd. - recalcó ella sin quitarse de encima de él. -

Él pensaba gracias a su actitud que ella era un poco mas joven, le daba lo máximo unos veintitrés pero, con ese detalle que gran parte de su memoria esta en el limbo puede ser que su infantil y energética manera de ser vaya de la mano con eso.

O simplemente ella es así.

Ya sabia que la razón por la que ella estaba tan contenta no era necesariamente por que haya recordado eso sino por que él le dijo que cuando ella recordará su edad él le diría la suya.

- Es tu turno, bolsa, - le dijo ella con un tono juguetón, para ella esto era un juego el que sentia que iba ganando por alguna extraña razón. - ¿Cuantos años tienes? - devolvió la pregunta. -

- Soy mayor que tú, - le informó antes de responderle. - tengo veintisiete. - respondió seguido ella chillo. -

- Eres un viejo. - se burló de él inmediatamente a lo que el chico decidió no ponerle mente al saber que si se molestaba ella se pondría peor. -

- Apenas son dos años, - mencionó él para volver a lo suyo. - ¿Ya acosaste al jefecito hoy? - preguntó él para devolver el insulto más no lo dijo en un tono agresivo. - ¿No lo has hecho sentir incómodo ni le has hecho otro altar?

- De seguro estas celoso. - refunfuño y le saco la lengua como si eso fuera el peor insulto de todos. -

Ahora fue él quien rio.

No podia asegurar que se sentia celoso pero, si que sentia cringe al ver sus acciones tan desesperadas y también poco convencionales para llamar la atención de Black Hat.

Ella se quito de encima de él a lo que el aprovecho para darle una mirada y ver como andaba hoy, ella odiaba bañarse pero, tenia que hacerlo a lo que él también estaba obligado a estar pendiente a que ella tuviera su apariencia aparentemente nítida.

Por que por extraño que suene, no desprendía olor, de seguro tenia que ver con el factor que ella a penas y sudaba.

Dem es todo un caso, es única, él por lo menos en todo lo que llevaba en la organización tratando con tantos personajes peculiares no recordaba jamás haber conocido a alguien con siquiera una de sus características, si a caso algunos con dentadura fuerte más no semejantes a las de un caimán, si algunas villanas de uñas extremas muy largas y puntiagudas sin embargo no era garras como la de ella y sus ojos...

°Amantes de Medianoche° DemenflugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora