「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨

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El día había iniciado con un mensaje de Taehyung, quien había enviado una fotografía de un vehículo pequeño de dos puertas, y una Hana con una bella sonrisa.

💥 Bangtanies 💥 TaeTae:

Lo conseguimos!!

Con Hana tenemos autoooo~

Todos sus amigos lo felicitaron, sintiendo genuina alegría, ya que conocían todas las dificultades por las que pasó Taehyung desde que se tituló de la universidad. Su vida se había complicado, y muchas veces sintió que no tendría salida, pero ahora lo veían vivir su propia primavera, floreciendo luego de la tormenta.

—Se lo merece — dijo sonriendo Jimin, con sus ojos pequeñitos y sus mejillas sonrojadas, acurrucándose contra el cuerpo desnudo de Jungkook. Ya había pasado una semana desde esa primera vez, y aún parecía irreal.

Jungkook le besó la cabeza y le acarició el brazo. Se sentía tan doméstico, pero tan genuino. Tan correcto. Nunca antes había conocido la sensación de paz.

💥 Bangtanies 💥 Jimin:

Estamos profundamente orgullosos de ti, TaeTae

💝💜💘💕💞

💥 Bangtanies 💥 TaeTae:

No me envíes tanto amor en público, o Jungkook me matará

💥 Bangtanies 💥 Kookie:

No sé de qué estás hablando

💥 Bangtanies 💥 Yoongi:

🙄

Jimin rió por lo ofendido que se notaba Jungkook, aunque para su fortuna nada más podía verlo en ese momento, refunfuñando como un pequeño niño ofendido. A pesar de que la apariencia de Jungkook ahora fuese imponente, con todo ese músculo, en el fondo seguía siendo el mismo. Jimin se derretía por ese detalle. Y sin poder evitarlo, buscó los labios de aquel hombre, para perderse en su sabor una vez más.

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La convivencia se estaba volviendo cada vez más cotidiana y cómoda. Cada uno iba a su respectivo trabajo, y luego compartían en el departamento, comentando sobre sus días y cenando mientras veían algo en la televisión. Pero, sin lugar a dudas lo mejor era dormir juntos. Y hacer el amor. Lo hacían antes de la cena, y antes de dormir. Incluso a veces en la mañana, o en la ducha. Sus días resultaban mucho mejor luego de aquello.

También se enviaban mensajes, o se llamaban para decir cualquier cosa cursi.

Jimin temía usar una palabra muy intensa para describir cómo se sentía, pero resultaba imposible no compararlo con el cielo.

Ese sábado tuvieron que ir de compras al supermercado porque algunos víveres escaseaban, y por muy agradable que resultara alimentarse de comida para llevar, no era la mejor opción. Así que fueron al supermercado que le gustaba a Jungkook, y compraron fruta para llevar a la oficina, arroz integral, entre otros artículos necesarios. Jimin y Jungkook parecían una feliz pareja a simple vista de cualquiera..., excepto del cajero que los atendió.

El hombre de la caja, con su delantal rojo, y una etiqueta que indicaba que su nombre era Il-Seong. Un hombre sin nada en particular; cabello oscuro y muy corto, peinado con gel en las puntas (muy noventero, al parecer de Jungkook), y una apariencia común. No hubiese llamado su atención en absoluto, de no ser por el descaro en esa sonrisa, o por la forma en que miraba a Jimin.