Hurren llegó a la aldea en busca de una nueva vida para su futuro, trabaja cómo niñera de Esther Mikaelson.
Esposa de un poderoso terrateniente,
Mikael Mikaelson, quien queda totalmente enamorado de la peliroja quien la enamoró y Hurren da a Luz a s...
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Todo era oscuro y frío, el rechinido de una puerta metálica me hizo voltear mientras trataba de acostumbrar mi vista a la oscuridad.
— ¿Finn? ¿Elijah? — Pregunté mientras trataba de levantarme pero una cadena me lo había impedido.
¿Cómo llegué aquí? Recordaba estar jugando con mis hijos para después acostarlos. Después me fui a la cama y todo era borroso, observé a mi alrededor mientras jalaba un poco las cadenas.
— ¿Mikael? — Volví a hablar.
— Prueba de nuevo — Hablaron desde el fondo y me inquiete al oír a una mujer.
— ¿Nasli? — Susurre algo confundida.
— Error — Salió de la sombra y era Esther.
Esta mujer no se cansa.
— ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo llegué aquí? — Me moví más y entre en pánico al recordar que dejé a mis bebes solos. Finn, Elijah y Klaus podían cuidarse solos pero mis mellizos. — Esther.
— Olvidaste que tenía magia. Ni Ayana, Mikael e incluso Astrid podrá salvarte pronto — Sonrió.
Una ola de dolor me invadió desde mi espalda hasta la cabeza con dolor y agonía mientras yo apretaba los dientes con fuerza
— ¡Te juro que tarde o temprano vas a arrodillarte Esther! — Grité de dolor mientras mi vista se volvía nublosa.
Mis hijos estaban solos, confiaba en que los mayores cuidarian bien de mis mellizos. Por favor... mis mellizos, Swan fuertes en lo que mamá sale de aquí.
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Me levanté al escuchar el llanto de mis hermanos y fruncí el ceño. Normalmente son tranquilos ya que madre los calmaba o Nasli e incluso Nurhan.
— Sumbul — Hable mientras salía de mi habitación e iba a la sala.
Los mellizos estaban en brazos de Nasli y Nurhan con desesperación en calmarlos.
— Bekah, ven aquí con tu hermano — Extendi los brazos y mi hermana los abrió hacia mi sin dejar de llorar — ¿Qué sucede Sumbul?
