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Namjoon no pudo siquiera dormir aquella noche. El solo hecho de recordar los efímeros minutos frente a Jimin le bastaron para extrañarlo aún más que nunca. Pues lo tuvo tan cerca y a la vez a miles de kilómetros de distancia.

Cerró los ojos tan solo para revivir el momento en el que tocó su piel sobre su saco, ese aroma suave y varonil de su colonia habían llenado el alma de Namjoon de muchas sensaciones que mantenía guardadas en lo más profundo de su ser. Sintió como si su pequeño niño estuviera junto a él y soñando despierto se abrazó así mismo con fuerza, deseando pronto poder rodear a Jimin con sus brazos. Así sea tan solo por un instante.

Volvió en sí y la tristeza invadió aquella enorme y solitaria habitación, es imposible no sentirse mal porque está seguro que el joven de preciosos ojos almendrados ni siquiera tiene un leve recuerdo de él. Prefirió dejar de pensar y después de varias vueltas en la cama, pudo dormirse.

A la mañana siguiente, despertó de un salto, quería aprovechar todo el tiempo que pudiera para estar con Jimin, quería observarlo y analizarlo, quería respirar el mismo aire, pues tan solo con saber que él está vivo y aceptó el acuerdo, se abruma.

Namjoon prepara su desayuno y está más animado que de costumbre, siente como si un peso se le hubiera quitado de encima.  Mientras comía, su asistente le dió una rápida llamada indicando que ya estaba todo listo para recoger a Jimin en el hotel, Namjoon sonrió, limpió su boca y al salir de su hogar, ya el auto lo esperaba afuera. Aunque su asistente podría haber hecho el trabajo sin problema, quiso ser él quien personalmente le muestre su nuevo hogar a Jimin.

El hombre entró al auto saludando amablemente a su empleado y le indicó a dónde iban a dirigirse. Soobin iba a estar esperándoles en el departamento ultimando detalles.

Mientras recorren las calles, la ansiedad y nerviosismo se apoderan del cuerpo de Namjoon, a tal punto que siente escalofríos, juguetea con sus dedos y sus piernas se mueven incesantemente, desearía poder volar para llegar pronto. Al cabo de unos minutos ya estaba aparcado frente al hotel y fue él personalmente quién llamó a Jimin.

El chico yacía dormido en medio de una cama revuelta, cuando recibió aquella llamada que lo hizo brincar del susto. Apenas tuvo tiempo de coger el teléfono y respondió sin ver el número.

— ¿Sí?

¿Estás listo? — habló con voz suave el presidente Kim del otro lado de la línea y Jimin se encontraba aún dormido, que ni siquiera comprendía con claridad de lo que se trataba hasta que recordó el contrato y se paró inmediatamente asustado.

— ¡Me quedé dormido! Bajo en cinco minutos. Le pido mil disculpas señor Kim.

Te espero.

Kim Namjoon no puede describir lo que la voz de Jimin causa en su interior, le provocó ternura la manera en como se dirigió hacia él, se imagina que el chico debe estar corriendo de un lado a otro buscando un atuendo apropiado y efectivamente, era lo que sucedía en aquel cuarto de hotel.

Jimin buscaba con rapidez algo apropiado para colocarse, pensando en como todo cambió en su vida de un instante a otro. Tomó sus prendas y se las colocó sin mirar siquiera si estaba bien, se peinó un poco con las manos y dió un último vistazo a lo que fue su hogar por aquellos cortos meses. Tomó su maleta y salió sin mirar atrás.

Cuando salió del hotel, miró a ambos lados y se sorprendió al ver a Namjoon junto a un lujoso auto con las manos en los bolsillos, esperando pacientemente con una sonrisa. Al verlo, el hombre le hizo un saludo y Jimin de acercó a él con un poco de temor.

— ¿Ahora sí estás listo? — preguntó Namjoon cómo si él fuera el más emocionado.

— Perdón por la demora, m-me quedé dormido.

Los años sin tí ~ NamMinWhere stories live. Discover now