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Aquella mañana Jimin despertó y sus ojos dolían así como también su pecho. Namjoon lo sostenía fuertemente entre sus brazos como si quisiera evitar que se vaya pero con una expresión de angustia en su rostro. Se remueve lentamente y el hombre se despierta de inmediato para preguntar cómo había amanecido el chico.

— Mi vida, ¿Estás bien?

— Ayer fue una larga noche.

— No tienes ya de qué preocuparte, estoy contigo... ¿Cómo te sientes?

— Como si me hubiera aplastado un camión.

— ¿Sabes lo que haremos? ¡Iremos de viaje!

— ¿Namjoon?

— Ya tengo todo listo. Wong no tiene problemas con eso. La grabación se pausó porque una de las actrices enfermó. Vamos... No me digas que no, por favor.

Jimin sonrió y Namjoon besó su cabeza para soltarse despacio y alejarse del chico para alistar maletas. El menor solo lo miraba con gracia al hombre desordenando todo como un torbellino, se levantó y lo tocó para llamar la atención.

— No eres tan bueno organizando cosas, Nam. Déjame arreglar tu maleta.

El hombre asintió y prefirió ir hacia la cocina para preparar el desayuno y coordinar con el piloto de su avión para ultimar detalles del viaje.

Jimin organizó ambos equipajes y cuando terminó, se sentó por un momento sobre la cama mirando a la nada, teniendo muchos pensamientos rondando en su mente. Siente que es el momento de hablar sobre lo que lo ha estado atormentando por tantos años y cree que este viaje sería la oportunidad perfecta. Sabe que Namjoon jamás lo juzgaría, pues le ha demostrado ser un hombre increíble, mucho más de lo que pudo desear. Al cabo de unos minutos, terminó alistando la cama y el aroma del café recién hecho lo hizo bajar para alimentarse.

La pareja comió en silencio pero regalándose sonrisas de vez en cuando, culminaron para lavar todo juntos y no dejar nada sucio para cuando se vayan y cada uno se alistó para salir.

Namjoon conducía y en él, crecía la expectativa, se sentía como un niño lleno de emociones y sentimientos encontrados, miraba de reojo que a pesar de que Jimin tenía una mirada cansada por haber llorado tanto la noche anterior, estaba igual de emocionado que él.

Llegaron por fin al hangar y como siempre, Soobin siendo parte de las locuras de su jefe, se encontraba ya en el sitio hablando con el piloto e hizo un ademán en forma de saludo cuando los vió llegar. Jimin dejó que el chico se encargara de las maletas y se sorprendió de lo increíble que era todo.

— Como en las películas — exclamó para si mismo y los nervios se apoderaron de él.

Namjoon terminó indicándole ciertas cosas a Soobin, quien asentía hasta que el piloto los interrumpió para indicarles que todo estaba listo para partir. Irían temprano para aprovechar la mañana, pues el día era propicio para contemplarlo todo desde el cielo.

Se despidieron y Soobin con una amplia sonrisa le realizó una reverencia a su jefe y acompañante para ver a la pareja subir al avión. Jimin lo miró por la ventana y éste le realizó una serie de mímicas graciosas haciéndole reír. Namjoon se sentó frente al menor y el avión empezó a moverse lentamente por la pista hasta que dejó de tocar el suelo.

El hombre veía con una mezcla de curiosidad y dulzura como Jimin se sorprendía de cada cosa que podía ver sobre el cielo despejado, el menor de vez en cuando conectaba miradas con Namjoon y se sonrojaba al verlo mirándolo fijamente con una sonrisa enamorada.

— El viaje durará unas cuantas horas, intenta descansar. Tal vez llegaremos antes del atardecer — dijo Namjoon y Jimin asintió para volver su vista hacia la ventana. No importa a dónde se dirigían, el chico se sentía seguro y sobretodo feliz.

Los años sin tí ~ NamMinWhere stories live. Discover now