Capitulo 2: Alguien

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La noche se hizo paso con su frió abrazador. Pero por suerte Harry había conseguido las cosas necesarias para mantenerse caliente. Había armado su carpa con un buen saco de lana que lo protegería.


Pero él aun no tenia sueño, el vino a disfrutar de lo que esta reserva le tenía y eso era lo que haría. Tony ya se había dormido así que él y su curiosidad que se expresaban en miles de preguntas no sería un problema.


Salió de su carpa, camino unos metros alejándose del campamento y se adentró un poco en el bosque. Pero Harry no era tonto, no conocía el bosque y no se arriesgaría a perderse. Amarro una madeja de nilón a un árbol, y empezó a caminar, así se le sería fácil hallar el camino.


Siguió caminando, pero noto algo extraño, el bosque tenía  senderos luminosos, parecían ser luces de navidad  de halógeno. Algunas parpadeaban y otras parecían moverse.

—   Harry—susurraron  su oído. Un susurro suave, tanto que a él le gusto como sonaba. Pero su mente lo traiciono asustándolo.

—   ¿Quién anda ahí?—pregunto—estoy armado—grito. Pero nadie contesto. Sus nervios empezaron a hacer efecto, varias luces se posaron en frente de él. —mierda—gruño. Empezó a correr a toda velocidad, pero para su mala suerte se enredo con sus piernas y  cayo.

Varios puntos nublaban su vista. Un resplandor se hacía presente, pero parpadeo un par de veces para darse cuenta de que ese resplandor no era más que el sol que atacaba sus ojos sin piedad.

Miro a su alrededor y se dio cuenta que estaba a tan solo unos metros del campamento. En su brazo derecho tenía una hoja, la retiro y noto que había un pequeño raspón. No le ardía o algo por el estilo. Le pareció raro. No le dio más vuelta al asunto y se puso de pie.

—   ¡Bro!—gritaron. Harry se incorporo de nuevo en el mundo real y se dio cuenta de que era Ann. Una de sus compañeras, de seguro había llegado en la mañana

—   Hola Ann—saludo Harry con dificultad

—   ¿ qué pasa Harry?—pregunto ella mientras le acomodaba unos rizos que caían en su cara

—   Ni si quiera yo lo sé, creo que me caí y tuve un sueño raro

—   ¿sueño raro?—pregunto intrigada

—   Pues si, pero... no le daré mente al asunto, tengo hambre—acaricio su estomago

—   Vamos, yo traje algunas cosas de la ciudad—lo tomo del brazo y lo arrastro hasta el campamento. Harry  miraba a  todos lados — ¿lo que paso anoche fue real?—se pregunto.

Al llegar había cinco carpas mas, con la de Toni y la de el eran siete. Se sentó en una pequeña silla que Ann le pasó. Luego esta le trajo un emparedado y un yogurt. Ann tomo una silla y se sentó al lado de él. Lo miro y lo detallo, Harry tenia la mirada perdida.

Harry abrió sus labios, los mojo un poco y empezó a comer.

—   ¿Dónde estabas Harry?—pregunto Ann

—   Yo... Salí a caminar, ate una madeja para no perderme—dio un trago al yogurt mastico un poco y siguió—luego vi un pequeño sendero de luces, y no se creo que este maldito bosque tiene algo—gruño

—   Entonces fumaste hierba—acuso

—   No Ann, sabes que no meto eso, jamás lo haría  no es lo mío—se defendió

—   Solo es una broma Harry, relájate—burlo ella

—   Lo que sea, quiero irme lo antes posible, pero creo que perdería mi dinero—confeso

—   ¿qué esperabas de este bosque?

—   No lo sé, componer un poco de música, explorar más a fondo, relajarme

—   Y...

—   Y paso que alguien esta de gracioso, asuntándome y llamándome— farfullo

—   Ya relájate, mira es un día lindo, puedes componer hoy, te relajas un poco, te recoges ese cabello que por favor Harry, está muy largo—rio

—   Si, bueno lo que sea, creo que me daré una ducha o algo por el estilo, pero no aquí, no permitiré que ninguno de estos fanfarrones me vea

—   Si tu quieres—se encogió de hombros y soltó una pequeña risita

Termino de comer, entro a la  tienda tomo unas cuantas cosas y salió nuevamente Siguió el sendero de madeja. Ya que no la había quitado anoche. Después de caminar por un par de minutos llego hasta un pequeño claro. Diferente al anterior. Pero lo curioso es en el lago estaba su camisa.


—   Saben si, hay alguien que se está burlando de mí, por favor basta, no tendré ningún problema en ir a la policía y pone un maldito denuncio—grito. Pero no escucho ninguna respuesta—A la mierda con ustedes. Al que vea espiándome lo golpeare.


Una buena vista tenia, un cuerpo escultural, con algunos tatuajes. Un cabello  castaño que caía en los hombros con unos cuantos rizos. Una piel  blanca tersa, unos ojos verde esmeralda que podían ser mas poderos que las tormeras que formaba el gran Zeus en el Olimpo.


Los rasgos de el eran fuerte, dominantes y atractivos.

El era perfecto. Hasta en todas las locuras que dijo momentos atrás, su tono de voz era pausado, grueso y con un toque único. Jamás se cansaría de verlo. Pero pronto el se iría. Y bastante lejos.   

Mystici [H.S]Where stories live. Discover now