Capitulo 11: confesión

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— ¿qué es este número Harry?—pregunto ella mientras sostenía un viejo papel en la mano

— Ese fue el día en que perdí mi virginidad—Harry no podía sostener la mirada de Anker. Era un poco penoso

— Interesante—rio ella

— Fue horrible, pero fue mi primera vez—argumento el

— ¿Podrías contarme?—pregunto ella un poco temerosa

— ¿En realidad quieres escuchar esa horrible historia?—le contesto él con otra pregunta

— Claro. Me propuse conocerte y eso es lo que hare

— Bueno te contare—tomo aire y siguió—todo empezó cuanto tenia catorce. Según mi mama yo soy adorable, ya sabes cómo son las madre, bueno las chicas de ultimo año tenían una obsesión con mi cabello, bueno en fin... una de las chicas de ultimo año se acerco a mi—hizo una pausa y soltó una pequeña carcajada— toda la cuestión fue que ella me sedujo, me invito a su casa, y el condón se rompió porque me corrí demasiado rápido, ella dijo que no me preocupara, y que usaba anticonceptivo y que yo con el tiempo mejoraría—concluyo con eso

— No estuvo tan malo—se encogió ella de hombros

— Yo quede tan blanco como un papel, cuando vi que el condón estaba roto. Quise morirme ahí mismo

— Pero ya paso, ahora conozco un poco sobre ti

— Es la experiencia más vergonzosa de toda mi vida, gracias al cielo ella supo guardar el secreto

Harry se levanto del diván y camino hasta la nevera, saco dos refrescos, y se regreso, destapo ambos y le paso uno Anker quien lo tomo y dio un trago. Ella lo miraba detalladamente. ¿Por qué su novia lo engaño? ¿Por qué él era tan guapo? ¿Por qué era tan dulce?

— ¿Tienes patines?—pregunto ella rompiendo el silencio de la habitación

— Amm yo no, pero marcela si tiene. Deberíamos ir a su casa

— ¿es grande?

— Por favor, eso es una mansión, prácticamente esa casa puede conceder todos tus deseos

— Entonces vamos

— Está bien, solo dame unos minutos tomo algunas cosas

Después de que Harry organizara algunas cosas y tomara lo necesario para pasar la noche donde marcela, ambos salieron del apartamento. Irían caminando, la casa de marcela estaba relativamente cerca. No era mucho el trayecto.

— Estoy cansada Harry—se quejo ella

— Anker, solo caminamos una cuadra—burlo el

— De todos modos. Yo no estoy acostumbrada a caminar

— ¿Entonces?—cuestiono él, aun con su risa socarrona en su cara

— Por favor Harry yo levito—dijo ella con aire de grandezas, al tiempo que sus pies dejaban de tocar el piso

— Pero estamos en la ciudad, así que aquí no puedes levitar—Harry le tomo una mano e hizo que ella bajara

— Está bien—se resigno e hizo un puchero provocando la risa de Harry

Siguieron caminado una cuadra más hasta que llegaron a la gran casa de marcela. Primero el guardia que custodiaba la reja llamo a marcela para confirmar la visita. La reja se abrió y los dejaron pasar, caminaron unos metros hasta llegar a la puerta, que después de unos cuantos pitidos se abrió. Y ahí estaba la chica rubia que aparentaba ser hiperactiva.

Siguieron a marcela hasta su habitación, más bien su pieza personal, esa habitación era tan grande como la pensión de Harry o quizás más...

— Anker, luces reseca—chillo marcela al ver como la piel de la susodicha estaba secándose poco a poco.

— Harry—chillo Anker, el sabía perfectamente que estaba pasando

— No te preocupes Anker, tengo miles de productos que hidrataran tu piel. Todos son naturales—marcela se levanto del gran sofá donde estaba desparramada abrió una puerta que tenia al lado dejando ver el gran baño. Después de unos segundos regreso con varios recipientes

— ¿Segura que son buenos?—pregunto Harry un poco nervioso

— Claro, son más que bueno, solo mira. Anker extiende tu brazo—ordeno. Y Anker obedeció. Marcela destapo un recipiente de color azul, metió su mano y de el saco un liquido viscoso verde y lo unto en el brazo de Anker este automáticamente recupero su textura natural

— ¿Cómo hiciste eso?—pregunto Anker asombrada

— Son productos naturales ¿por qué crees que Harry tiene su cabello así? Todo lo natural es mejor—rio ella—oye, Anker, una de las cosas de tu lista es tomar shots, yo sé preparar muchos, hagámoslo

— No estoy seguro—murmuro Harry

— No seas aguafiestas sutiles, hay que vivir la vida—marcela le guiño un ojo y este resoplo.

Anker y marcela salieron del cuarto y dejaron a Harry solo, caminaron hasta la cocina donde en una vitrina había de cuanta clase de licor tú quisieras. Macerla saco varia botellas, abrió la nevera saco fruta y hielo, era hora de ponerle emoción a la cosa.

— Solo uno Harry—pidió Anker

— No, no la última vez que tome los shots de marcela amanecí tirado en la casa de su perro—dijo entre dientes

— Por favor Harry, Anker lleva dos y aun sigue bien—rio marcela

— Y eso que soy primeriza—aclaro

— No, me niego, no lo hare, me gane un dolor de cabeza de dos días. Fue horrible, algo tienen esos shots—replico Harry

— Por mi Harry si—Anker se acerco al rostro de Harry acortando la distancia— si por favor —le susurro en los labios haciendo que el prácticamente temblara

— Está bien... me arrepentiré de esto pero, marcela pásame el shot

Un shot tras otro y Harry caía en los encantos de Anker, cada vez que la veía una ráfaga de placer lo invadía. Con cada shot veía Anker más bella de lo que era un poder se apoderaba de él. Tanto así que quería besar a Anker y hacerla suya sin importar lo que dijeran los dioses. O cualquier persona.

— Es hora de confesiones muchachos—grito marcela y luego se tomo un shot –tu primero Harry—indico

— La primera confesión es que Anker es la chica más linda que he visto en este planeta—lanzo a quema ropas dejando a Anker con las mejilla ni un tomate maduro—es prácticamente perfecta. Y nunca me cansare de verla—concluyo

Mystici [H.S]Where stories live. Discover now