Capitulo 3: Soy tan real como tu Harry

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—   Es te estúpido bosque me está empezando a asustar—murmuro

Harry para sí mismo  mientras se apresuraba a nadar a la orilla

Salió del lago, escurrió su cabello y seco su cuerpo, camino hasta  la roca donde yacía su camisa y la tomo, esta tenía un olor único, a fresa, canela y manzana. El la había sudado y probablemente debería apestar. Pero no era así, la camisa estaba impecable.

 Se vistió nuevamente y   camino de regreso al campamento, definitivamente había algo que al no le estaba gustando, aunque algo a la vez lo llamaba. Cuando llego al campamento tomo  su guitarra y camino de nuevo al lago.

A Harry también además de amar su carrera le gustaba la música, le gustaba componer, se inspiraba mas cuando estaba en un ambiente natural, y desde hace días tenía la mitad de una canción. Saco la guitarra del forro y empezó a cantar:

 

Don't let me

Don't let me

Don't let me go

'Cause I'm tired of feeling alone (x2)

I promised one day that I'd bring you back a star 

I caught one and it burned a hole in my hand oh

Seems like these days I watch you from afar 

Just trying to make you understand 

I'll keep my eyes wide open

Listo tenia parte de la canción y la seguiría completando cuando estuviera listo.

Dos días pasaron. En las noches Harry sentía que alguien lo observaba. Que alguien acariciaba su cabello, que alguien cantaba dulces tonadas para él.   

Era hora de irse, hora de dejar ese bosque que lo atormentaba, hora de deshacerse de esa sensación de ser espiado. De ser acosado. Hizo de nuevo el mismo recorrido hasta posar su trasero en el asiento de un avión. Volando durante dos días. —Se me borrara la raja—pensó el

Después de tanto esperar llego al aeropuerto de brístol. Recogió su equipaje y tomo un taxi a casa, o más bien  a la madriguera que tenia por pensión. Con torpeza abrió la puerta de la pensión y se llevo una sorpresa, pues todo estaba limpio, organizado, fresco y olía a lavanda. Su madre antes de irse había organizado todo para él.

Entro a su cuarto dejo las maletas pero sentía una presencia en su casa, se sentía vigilado, demasiado, como si respiraran en su cuello. Unos pasos  y un canturreo se escucho en la sala. El se alarmo y tomo un bate que tenia debajo de la cama. Camino hasta la sala y grito:

—   Te tengo malnacido—grito. Pero su sorpresa fue tan grande que el bate se le cayó de las manos.

Una mujer preciosa, piel pálida, cabello castaño, labios rosados y ojos  de combinación dorada con verde, además eran grandes y dominante. Ella tenía un pequeño vestido blanco transparente que dejaba mucho a la imaginación.

Mystici [H.S]Where stories live. Discover now