Capítulo 12.

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Memorias.

La vida debía de haber sido feliz para él en algún momento, de eso estaba seguro, pero todo había cambiado tan de repente que ni siquiera podía recordar cómo era todo antes de la desgracia.

Estaba seguro también de que en algún momento de su vida las cortinas de la sala de estar habían estado abiertas de par en par, pero en ese instante, con sólo 9 años, sabía que abrirlas era un error grave que no debía de cometer. No era una enseñanza que la intuición le hubiese grabado en la mente, era simplemente un aprendizaje por experiencia -a pesar de que a su edad la palabra "experiencia" no era tan común -, lo sabía porque en una ocasión, cuando había intentado mantenerlas abiertas por el miedo a estar siempre en la oscuridad cuando llegaba a casa aun siendo de día, su madre tuvo un momento de lucidez y decidió salir de su habitación. Al bajar las escaleras y toparse con la luz del sol iluminando el interior de su casa, se había quedado petrificada, como si mil cosas estuvieran sucediendo al mismo tiempo, pero cuando volvió en sí,  se abalanzó sobre Harry, quien estaba sentado en el taburete del piano de la sala, tomándolo del cabello fuertemente y arrastrándolo consigo mientras cerraba las cortinas.

Recordaba el dolor de cabeza insoportable al día siguiente, sus ojos llorosos e hinchados y el temblor en sus manos que parecía que nunca pararía, pero lo que nunca había salido de su mente eran las palabras que ella susurró después "la luz es sólo para las familias felices y nosotros no somos una familia, mucho menos feliz; tu padre se llevó consigo todo eso"

Su rutina era terrible; en las mañanas se levantaba temprano, a veces los gritos de su madre en la habitación de a lado le ayudaban a lograr ese cometido, iba sigilosamente al baño - no recordaba la razón por la que había adoptado esa costumbre, pero seguramente era por algo similar a las cortinas -, tomaba una ducha rápida dejando correr el agua con muy poca presión  para que el golpeteo no llamara la atención de su madre, al salir, se vestía para la escuela y bajaba los escalones lentamente para que no se escucharan sus pasos y cuando por fin se acercaba a la puerta principal que daba al exterior, salía prácticamente corriendo de casa para dirigirse a la esquina de la calle donde pasaba por él un amigo con sus padres, personas que después de un tiempo simplemente olvidó. Ese mismo amigo, siempre llevaba dos porciones de desayuno y una siempre era para él. Las memorias de ese niño eran borrosas, no podía ver en su mente su rostro claramente por más que se esforzara. 

Después de clases, alguien, que tampoco lograba recordar, iba por él y lo dejaba en la escuela de música donde Simon se hacía cargo de él. Le alimentaba con la comida que su esposa preparaba para su familia y después lo llevaba a su sala favorita para sus lecciones de piano. Simon se encargaba de muchas cosas en cuanto a él se refería, una de ellas era el mantener sus uniformes limpios e incluso tenía siempre ropa para que se vistiera después de la escuela.

Tocaba el piano, eso era algo que siempre hacía y se sentía bien al hacerlo porque todos lo miraban y le prestaban atención. No había odio en sus miradas y eso era algo que para él era lo mejor y le llenaba de cierta paz. Eran miradas distintas a las que recibía de parte de la persona que se suponía que debía de amarlo incondicionalmente, pero ella siempre tenía los ojos cargados de un intenso vacío, lo miraba como si no existiera. Sin embargo, eran simples miradas, mientras mejor tocaba, las personas sentían un mayor miedo de acercarse. Era como si fuera intocable de cierto modo...

Era Simon quien se encargaba de llevarlo de regreso a casa y quien le daba una bolsa con algo para que se pudiese alimentar antes de irse a dormir, además de su uniforme limpio para el día siguiente.

Solía hacer sus tareas encerrado en su habitación, oculto bajo una sábana con una lámpara encendida, por miedo a que su madre entrara si notaba que había algo de luz. Tal vez no lo iba a hacer, pero ese era un riesgo que el rizado no pensaba correr después de todo lo que ya había vivido, tenía suficiente con escucharla andar por los pasillos a altas horas de la noche.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2023 ⏰

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Melodía del Corazón |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora