Prólogo.

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"La gira es muy importante para nosotros por dos cosas; primero, estaremos en América haciendo presentaciones por primera vez. Segunda, será en esta ocasión en estadios, así que más personas tendrán acceso a boletos"

Se encontraba en el camerino repasando lo que tenía que decir y esperando a que le dieran la señal para salir. No era una persona de entrevistas, tampoco se emocionaba mucho al saber que habría una cámara grabando cada uno de sus movimientos, le gustaba ser un poco más privado que eso, pero el camino que había elegido seguir traía aquello como consecuencia.

Igualmente se sentía extrañado y un poco inquieto al saberse solo en ese lugar. Normalmente siempre habían personas a su alrededor que le eran familiares, como su maquillista o su mánager, pero ese día todos desaparecieron de un momento a otro.

Se sentó en el pequeño sofá de piel que se encontraba en la pequeña habitación que hacían llamar "camerino" y empezó a mover su pierna de arriba a abajo, dejando ver la ansiedad que comenzaba a sentir.

- ¡Amigo! - saltó al escuchar la voz de Niall, quien como de costumbre, había entrado sin llamar a la puerta.

Levantó la mirada, topándose con los ojos azules brillantes del rubio, que por alguna descabellada razón, se había convertido en su mánager cuando las cosas se habían puesto demasiado difíciles de manejar para él. Además, nadie lo conocía ni sabía remotamente nada de él aparte de Niall; el irlandés había sido su mejor amigo desde que eran pequeños y sabía que si alguien creía en lo que podía lograr era él.

- ¿Dónde estabas? - preguntó, confundido.
- Oh - puso sus manos en sus caderas como jarras, sonriendo de repente - Unas llamadas y tú sabes - rió - Me topé con la mesa de snacks en el camino de regreso.
- Sabes que las entrevistas no me gustan - le recordó, por si a caso su amigo se había olvidado de ese detalle.

El rubio se movió rápidamente, quedando sentado a su lado para poder ver más de cerca su rostro.

- No entiendo por qué - ya sabía lo que venía porque era como un ritual para Niall decirle palabras de aliento - Eres demasiado bueno para esto, hermano. Cuando estás ahí se ve que naciste para moverte en el medio.

Harry soltó un suspiro, acomodándose mejor en el sofá sin importarle que su traje costoso se arrugara por la posición en la que se encontraba.

- Me gustaría solamente tocar y no tener que hablar con nadie - confesó.
- Amigo, tocar es lo tuyo, pero hablar también lo es. Mira cómo estamos hablando el uno con el otro, maravilloso, ¿no? - golpeó su hombro amistosamente - Además escuché que la chica que te hará la entrevista luchó por ser ella quien estuviese aquí está noche, eres un tigre - gruñó de manera exagerada.

El rizado de ojos verdes no pudo evitar reír ante el entusiasmo de su compañero. Recordó que aquella era la razón por la que lo había extrañado durante su ausencia, pues el rubio en un minuto había quitado de su mente toda ansiedad que empezaba a sentir minutos atrás.

- Puedo sonreírle, si eso es lo que quieres.
- ¡Eso, sonríele! Conseguiremos buenas críticas de su parte - le guiño el ojo y de repente Harry sintió que era Niall el que merecía ser la estrella y no él - Además, quiero hablar contigo después de esto.

Conocía a Niall tanto que sabía que si empujaba un poco con preguntas, el rubio terminaría diciéndole lo que tenía que decir en ese momento.

 
Las entrevistas le causaban estrés, pero el saber que tenía conversaciones serias pendientes lo ponía mucho peor.

- ¿Sobre qué es? - preguntó, curioso - ¿Bárbara te habló de matrimonio de nuevo?
- Oh, no - Niall se encontraba mirando la pantalla de su móvil mientras movía los dedos sobre la ella, escribiendo rápidamente - Son cosas sobre la gira.
- Si quieren descartar la idea de los estadios, estoy de acuerdo - se adelantó - Pienso que en espacios pequeños y cerrados se puede apreciar mucho mejor el sonido de las melodías.
- Por más que quisieras que fuera eso, me temo que los estadios siguen en pie - esta vez lo miró- Ellos quieren que hagas esta gira acompañado de un violinista.
- ¿Un violinista? - preguntó, extrañado.

Melodía del Corazón |Larry Stylinson|Where stories live. Discover now