Capitulo 4.

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Harry.

El amor era incierto desde su perspectiva. No podía decir que realmente lo había conocido, ni siquiera en un núcleo familiar.

Se recordaba a sí mismo siendo un pequeño, sentado frente al viejo piano de la sala de estar de su casa. Todo era tan claro, incluso la humedad en el ambiente era presente. No sabía si desde que había nacido todo era así de húmedo y poco iluminado, pero en esos instantes era aún más presente cada detalle negativo de ese lugar.

- Iremos con Irene - dijo, Niall, entrando a su habitación tranquilamente - Está tan emocionada por la gira que ya tiene varias propuestas de conjuntos para que uses en los conciertos.

Se encontraba precisamente en su habitación, sentado frente al piano que tenía en ella, sintiéndose un niño, y cuando todo empezaba a transformarse a su alrededor, regresandolo a la casa en la que había vivido en su infancia, Niall le devolvió a la realidad con su abrupta entrada.

Soltó un suspiro porque aquella había sido una mañana difícil desde el principio. Los recuerdos se habían apoderado de él de una manera tan profunda que incluso todo se veía gris. Estaba entrando en el bosque de su mente del que tanto intentaba escapar porque era su perdición.

- Bien - respondió, encogiéndose de hombros.

Tenia esperanza de que eso pudiese llegar a distraer su mente lo suficiente como para poder soportar el día, para no dejarse hundir.

Se puso de pie sin muchas ganas. Sentía que de encontraba en ese estado que las personas solían llamar "estar sin estar", donde tu cuerpo está presente pero realmente te encuentras en otro espacio demasiado lejano al que estás viviendo en la actualidad.

- Le escribí a Louis para que vaya también, creo que si van a tocar juntos deben de combinar - soltó el rubio casualmente mientras caminaban en dirección al exterior de la casa del rizado.
- No creo que tengamos el mismo estilo.

Niall bufó, abriendo la puerta trasera de la Range Rover que se encontraba estacionada frente a la entrada de la casa.

- Tiene que acoplarse - dijo, mientras ambos se adentraba- Por cierto, tomé prestado a Steve un momento - señaló al chófer - Necesitaba dar unas vueltas y responder unos correos al mismo tiempo así que no me quedó otra opción.

Harry vio que Steve los miraba por el retrovisor esperando instrucciones. Siempre pasaba lo mismo, Niall tomaba a personas que trabajaban para él para que realizaran cosas personales del rubio y aunque aquello no era algo que le molestara, no estaba seguro si los trabajadores se sentían bien con ello.

- ¿Puedes llevarnos con Irene, Steve, por favor? - pidió, Harry, al ver a Niall enfrascado en su móvil.

No estaba seguro de que su carrera fuese tan difícil de manejar, pero veía a Niall siempre tan ocupado que en cierto modo sentía un poco de culpa al respecto.

Steve comenzó a conducir por el camino que ya sabía de memoria mientras sonaba en los altavoces el primer álbum del rizado. Sabia que ese era el favorito del conductor, ya que decía que en las melodías encontraba muchos sentimientos.

El rizado recostó su cabeza en el frío cristal y se recordó a sí mismo, siendo un frío bastante similar al encontrarse en el transporte público demasiado temprano para poder llegar a la escuela de música y poder ocupar su aula favorita que estaba seguro que se encontraba vacía a esas horas de la mañana.

Siempre salía temprano y en silencio, no porque no quisiera ser visto, simplemente no quería despertar a su madre que a esas horas estaba seguro (o al menos eso quería creer) de que se encontraba dormida.

Melodía del Corazón |Larry Stylinson|Kde žijí příběhy. Začni objevovat