Capitulo 1.

863 75 18
                                    

ACACIA LUNA.

—¿Una entrevista de trabajo? —Cameron asiente—. Explícame que no entiendo.

—Yo tampoco entiendo —me dice dejándome más confundida—. Solo vinieron a mí y me dijeron "mañana tienes una entrevista de trabajo con el presidente de la empresa a las 9, no vayas a llegar tarde" —me río por su imitación de voz—. No te rías, esto es serio.

—Perdon, pero me da mucha risa como imitas la voz de... ¿Olga? —él asiente dándome a entender que no me equivoqué de nombre—. Cómo sea, lo importante aquí es, ¿cómo te van a hacer una entrevista de trabajo en tu propio trabajo? Por más que lo pienso, no lo entiendo.

—Dimelo a mi —se levanta del sofá y va a la cocina— ¿Quieres helado?

—¿Ya andas de depresivo un día antes? —le pregunto bromeando y él me ve mal antes de lanzarme el trapo con el que limpiamos la cocina, ocasionando que me ria—. Estaba bromeando.

—No estoy de humor para tus bromas —me dice sacando un bote de helado del congelador y agarrando una cuchara para empezar a comerselo—. Tengo miedo de que me despidan.

—Si te fueran a despedir, ¿no crees que te lo hubieran dicho directamente y ya? —le inquiero mientras se vuelve a sentar en el sofá—. Digo, por lo menos así es en dónde trabajo.

—Buen punto —lleva otra cucharada de helado a su boca—. Este helado no está tan bueno.

Lo veo con una ceja alzada.

—¿Entonces para que te lo comes? —se alza de hombros mientras se lo sigue comiendo—. Ya me antojaste, dame.

Le quitó la cuchara y pruebo el helado.

—Cameron.

—¿Sí?

—Esto no es helado —le revelo y le quitó el bote—. Es yoghurt congelado.

Le doy la vuelta al bote para que vea la etiqueta que comprueba lo que dije.

—Ah, con razón sabía diferente.

Me quita el bote y la cuchara para seguir comiendo mientras yo ruedo los ojos.

CAMERON LUNA.

—¡Adelante!

Abro la puerta de la oficina de Nicolás Cooper, el presidente de la empresa en dónde trabajo.

—Toma asiento, por favor —asiento cerrando la puerta antes de sentarme en una de las sillas delante de su escritorio—. Supongo que tienes una idea de por qué estás aquí, ¿verdad?

—L-Lo lamento, señor, pero no —él se rie— ¿Estoy despedido?

—No, es todo lo contrario —me dice sentándose en su silla—. Solo quiero hablar contigo.

¿Qué?

—Según esto —abre una carpeta— llevas trabajando con nosotros 3 años y has tenido un muy buen rendimiento y sobre todo, no nos has querido estafar como el que estuvo en tu puesto anteriormente. Y eso es justo lo que necesito para el nuevo puesto.

—¿Y cuál es ese nuevo puesto?

—Administrador de empresas en mi nueva compañía —me responde y asiento entendiendo todo— en Canadá.

Lo veo sorprendido.

—¿Qué? —la pregunta sale de mi boca antes de que pueda pensar en que decir.

—Quiero que tú seas el administrador de mi nueva compañía en Canadá —me responde—. Sí aceptas, tendras un mejor salario, más prestaciones y seguros de los que ya cuentas, además, la empresa te proporcionará un vehículo en el cuál podrás desplazarte y un departamento en el cuál vivirás ya sea solo, con tu familia o con quien tú quieras, siempre cuando vivas ahí. Sé que a lo mejor lo quieres pensar, así que tienes hasta pasado mañana antes las 24 hrs para darme tu respuesta —lo veo sorprendido—. De lo contrario, tomaré tu respuesta como un "no" y seguirás en el mismo puesto que tienes, ¿entendido?

—Sí —le respondo—. Entendido.

—Bueno, eso es todo —me informa—. Ya te puedes retirar, pero antes, te tengo que decir dos cosas muy importantes —asiento—. La primera, es que no le digas nada de esto a nadie de la empresa, ya que estoy escogiendo a varias personas de aquí para la nueva empresa y no quiero que se enteren antes, ¿entendido?

—Entendido —respondo— ¿Cuál es la segunda?

—Estoy buscando a varios licenciados y licenciadas en lenguas extranjeras —me informa—. Tenemos varios aquí y son buenos, pero no son suficientes y muy pocos de ellos van a recibir la misma propuesta que tú, así que estoy buscando a personas que se dediquen a eso y cuando revise tu información, me di cuenta que tienes una hermana llamada Acacia, creo, que se dedica a eso.

—Em, sí, mi hermana es licenciada en lenguas extranjeras —le digo—. Actualmente trabaja en...

—Quiero entrevistar a tu hermana —me interrumpe sorprendiendome—. Y si todo sale bien y veo que es buena, quiero hacerle la misma propuesta que te he hecho a ti.

ENTRE MIS LABIOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora