Capitulo 17.

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ACACIA LUNA.

—Queridos pasajeros, hemos aterrizado en Paris, Francia —anuncia el piloto—. Bienvenidos y espero que disfruten su estadía aquí.

Empiezo a desabrochar el cinturón al igual que Nicolás y Alba.

—Supongo que deben de tener hambre —nos dice el pelinegro—. Vamos a ir a desayunar a un buen restaurante que conozco, después iremos al hotel en donde podrán descansar antes de la primera reunión, ¿entendido?

—Sí, señor Cooper —le contesta Alba.

—Entendido —le contesto yo.

—Vayan adelantándose, necesito hacer unas llamadas antes.

Ambas asentimos y obedecemos.

—La reunión será a las siete —me dice Alba mientras usa su tablet— ¿Tienes un vestido listo, verdad?

—Por supuesto, venimos a trabajar —le digo—. Sería raro no traer...

—Con un simple "sí", era más que suficiente —me interrumpe—. Hablas mucho.

Aunque de cierta forma ya estoy acostumbrada a la actitud de Alba, no puedo evitar molestarme.

Creo que su actitud es lo único que no me gusta de este trabajo.

—Lamento la tardanza —dice Nicolás mientras sube a la camioneta—. Vamos a desayunar al lugar de siempre.

—Entendido —habla el chofer.

La camioneta se empieza a mover.

🌕🌕🌕🌕🌕

—Ey, venimos a desayunar, no a perder el tiempo —me dice Alba mientras le termino de tomar foto a mi comida—. Mejor siéntate y come.

—Todavía tenemos tiempo —le digo mientras me siento—. Deberías de tranquilizarte y relajarte un poco.

—Y tú deberías de trabajar más.

La veo molesta.

—Trabajo igual si no es que más que tú —le digo.

—¿En serio? Pues no lo parece —me dice mientras le da un bocado a su comida—. Estas tomando fotos de tu comida que muy seguramente publicaras en Instagram para presumir que estás en otro país y así tener la mayor cantidad de likes posibles.

—Ese sería mi problema, ¿no lo crees? —les digo— ¿Por qué en vez de decirme cosas como esas mejor simplemente te guardas tus comentarios y ya?

Abre la boca para decirme algo, pero rápidamente cambia su expresión de molestia a una sonrisa de felicidad, a lo cual, lo veo confundida.

—Lamento la tardanza.

Nicolás se sienta en una de las sillas de la mesa.

Ah, con que esa fue la razón.

—No se preocupe —le dice Alba sonriéndole mientras yo me limito a tomar de mi café—. Es entendible que tenga bastante trabajo y más estando en otro país.

¿Así o más obvia?

Veo a Nicolás discretamente mientras él habla con Alba.

Parece que él todavía no se da cuenta.

Ah... Los hombres son tan despistados.

Me llega un mensaje al celular y al abrirlo, me encuentro con que Mauricio me mando una foto de Sarah y Cameron hablando, pero lo que me causa risa es que le puso muchos corazones a la imagen.

—Parece que se divierte —me dice Nicolás 

Veo como Alba le da un sorbo a su bebida intentando ocultar su sonrisa burlona.

—Fue por algo que me mando un amigo —le revelo mientras apago mi celular y lo guardo.

—No me tiene que dar explicaciones, soy su jefe, no su pareja —me dice soltando una risa—. Y aunque fuera su pareja, tampoco me tendría que dar explicaciones, ¿no lo cree, señorita Martín?

Alba sonríe y asiente dándole la razón.

—Por cierto, cambio de planes, la primera reunión será dentro de una hora —me dice—. Las demás seguirán igual, pero tomaremos el vuelo el 27 al medio día para regresar a Canadá. 

Alba y yo solo nos limitamos a asentir.

No sé porque, pero tengo el presentimiento de que esto será más agotador de lo que pensaba.

ENTRE MIS LABIOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora