Capítulo 41: Mendigar amor.

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P A U L I N A

Apoyé mis manos sobre las rodillas en cuanto llegué a una pequeña plaza. Mi respiración estaba agitada por tanto correr y la cabeza me había empezado a doler. Estaba confundida, ¿Qué rayos acababa de pasar?

-Emma, ¿Estás bien?-Preguntó David, dejando de correr junto a mi. Mi mirada seguía fija en algún punto perdido de la carretera detrás de nosotros. Por la misma que habíamos escapado de ese niño.

-Me dijo Paulina-Susurré recobrando el aliento.

-¿En verdad le crees a...?-Ignoré su pregunta y lo interrumpí con un murmullo, como si estuviese hablando conmigo misma.

-Dijo que me llevaría de vuelta a casa.

-Emma, si ese chico en verdad te conocie...

-David-Se cortó de golpe al escuchar la seriedad en mi voz. Finalmente voltee a verlo a los ojos con intensidad-¿Y si es verdad? ¿Y si en realidad sí me llamo Paulina? ¿Y si ese chico en verdad me conocía? ¿Y si él sabía quienes son mis padres? ¿Y si sí me hubiese llevado a mi casa?-Un nudo en la garganta hizo que mi última pregunta sonara apenas como un susurro-¿Y si huir no fue lo correcto?

-Emma...-Mis ojos comenzaron a cristalizarse. Lo sujeté de los hombros y lo miré fijamente.

-Había algo en él, David. Ese chico... hay algo que me resulta familiar en él-Él me miró sin saber qué decir, así que soltó un suspiro echando la cabeza hacia atrás-Necesito saber quién soy.

-Lo sé y te entiendo. Pero solo no quiero que te ilusiones por si resulta ser mentira todo eso que te dijo, ¿Okey? Los niños ricos como él suelen hacer cualquier tontería para llamar la atención, ¿Quién te asegura que decía la verdad?

-¿Y quién me asegura que estaba mintiendo?-Contraataque. Él suspiró rendido-Solo... quiero volver a casa, David. Con mi familia-Dije en un aludido mientras mis ojos se empañaban.

-Lo sé, pero no recuerdas nada. ¿Cómo piensas hacerlo?

-Podríamos ir a la estación de policía-Sugerí con los ojos brillantes por la ilusión. David pareció dudar un momento y justo cuando pensaba decirle que podría ir yo sola lo vi asentir.

-Está bien, vamos. Iré contigo, no pienso dejarte sola-Sonreí emocionada y le di un corto abrazo como agradecimiento.

Nos pasamos los siguientes veinte minutos caminando hacia la estación de policía más cercana. David había dicho que estaba un poco lejos así que aprovechamos para seguir vendiendo los dulces del día en el camino.

A G U S T I N

-Oriana, es que... yo no quiero ser su amigo. Yo...-La puerta principal se abrió de golpe, interrumpiendo mi charla con la morena. Maxi entró a la sala acompañado de... Alex. Fruncí el ceño confundido al ver el hematoma en su mejilla. Oriana vio a su hijo horrorizada y se levantó deprisa para sujetarle la cara con ambas manos.

-Pero ¿Qué rayos te pasó, Alessander?-Preguntó ella alarmada pero no obtuvo respuesta. Alex miraba hacia la nada. Parecía ausente. Así que levantó la mirada hacia Maxi en busca de alguna explicación-Máximo, ¿Qué le pasó a mi hijo?-Este suspiró mirando a su esposa. Volteó a ver a Alex y luego a mí. Finalmente su mirada volvió a recaer en ella cuando yo fruncí el ceño.

Papá... ¿Qué es Aguslina? [Editando]Where stories live. Discover now