² "Soy Lee T/N"

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Soy Lee T/n, tengo 20 años de edad y vivo en Seúl Corea. Desde hace tres años vivo sola en mi departamento por una discusión que tuve con mis padres. Que hablando con total sinceridad, no los conozco. Desde que tengo memoria no han estado más que para darme molestos insultos o riñas. Solo para eso, como si fuera una molestia o la misma desgracia, sola en esa gran casa donde la doncella era la única que velaba por mí sin menester de mis padres.

He conllevado mi vida siendo respetuosa y de buenos estudios. Me educó la ama de llaves y junto a las doncellas vieron por mí, aún sin mandato de mis padres que poco les importaba dejarme sola en casa por largos días.

Estudio artes escénicas en medios visuales para ser actriz, me gusta actuar y me gusta la música, gracias a esos gustos conocí a mi novio Min Yoongi. Un chico mayor que yo amante de la buena música, lo conocí un día en una presentación musical y desde entonces formamos una amistad hasta llegar al noviazgo. Todo estaba marchando bien pero en corea se vivía con el miedo de desaparecer, ya que ha fechas cercanas chicas habían estado desapareciendo y otras, solo se encontraban pertenencias y nada más, hasta que un día que iba a encontrarme con Yoongi fuí yo la siguiente víctima, siendo secuestrada por Jeon Jungkook, el secuestrador más buscando de Corea.

Este hombre me tiene dentro de estas cuatro paredes blancas en medio de la oscuridad, desde que salió de este lugar lo único que he hecho es llorar y nada más que llorar y sollozar. No sé cómo sea su comportamiento, pero lo que si tengo claro es que si llego a llorar frente de él, no me irá nada bien. Es un monstruo de persona, es extraño y eso lo hace más atemorizante.

—Buenos días, T/n

Su voz se hizo resonar en la habitación al encender las luces y cerrando la puerta a su paso acercándose después a mí.
No puedo verlo siquiera, me causa terror verlo sin saber qué será capaz de hacerme.

Recogí mi cuerpo en una bolita solo con escucharlo, tratando de ocultar mi rostro mojado por las lágrimas entre mis piernas.

—hace dos días que no comes y ayer no volviste a comer nada, así que te he traído algo y quiero que comas.

Negué con la cabeza sin verlo, no quiero nada que venga de él. Gracias a él mi vida es más miserable de lo que era.

—te enfermeras si no comes

Lo sentí acercarse a mí, sentí su mirada encima de mí hasta que tomó mi rostro entre sus manos obligandome a verlo.

—comeras sí o sí, no hay más opciones —Demandó con seriedad.

Sin previo aviso desató mis manos y pies, dejándome prácticamente libre.

—¿Que quieres de mí? —Exclamé en reproche, sintiéndome débil.

—te quiero bien, sino, no me servirás de mucho T/n.

Me tomó de las manos jalandome hacia él, evité su mirada para que no me viera los ojos llenos de lágrimas.

Juro que saldré de aquí, cueste lo que me cueste.

Sin poder replicar ató una venda a mis ojos y me sacó de dónde estaba, llevándome no sé dónde, me sentía muy débil hasta para pensar, prácticamente él me llevaba a rastras.

—¿A dónde me llevas? —Fué lo único que mis labios pudieron formular al sentir que salimos de aquel lugar sintiendo la calefacción.

—Al lugar donde te quedarás a partir de ahora, tu castigo terminó —Anunció con su voz gruesa.

Si eso fué un castigo solo por decirle idiota, no quiero ni imaginar que sería de mí si llego a escaparme o a hacer algo inoportuno.

Mientras me jalaba de repente escuché unos gritos desgraciados que me causaron escalofríos, eran gritos de mujeres que parece sufrían.

—¿E-esos gritos?

De un momento a otro me pegó contra la pared con cierta brusquedad, sacándome el aire que apenas conservaba en mis pulmones. Me sentí desesperada y mi corazón desenfrenado quería salir de mi pecho sin poder soportar el miedo que me proporciona tenerlo tan cerca y que me haya tirado contra la pared.

—por tu bien, será mejor que no te entrometas en algo que no te competa, ¿Entendiste?

Me dijo con seriedad, por primera vez, yo solo moví mi rostro a un lado con la respiración jadeante, pero me golpeó contra la pared sacandome un gemido de dolor.

—¿Entendiste?

—sí...

asentí a duras penas ahogando un sollozo, mientras él apretaba mis brazos con fuerza hasta que luego de unos segundos me arrastró hacia algún lugar donde escuché abrirse una puerta dónde me tiró con fuerza a la entrada.

—aquí estarás ahora —Quitó la venda de mis ojos estando yo aún tirada en el suelo recuperando el aliento —te necesito en buen estado T/n, así que no me hagas molestar o se te ocurra meterte en mis asuntos, estarás aquí algo más cómoda, así que come y descansa. No quiero escandalos. ¿Ok?

Asentí con la cabeza. Me quedé sola nuevamente, escuché cuando pasó el seguro de la puerta. No sé que me espera luego de esto, si así es con él no me imagino que será de mi cuando me entregue a quien sabe qué persona...

Escondí mi cabeza entre mis piernas, no tengo fuerzas para nada. Estoy adolorida por sus tratos, no puedo más... No sé que hacer, con esto mi vida cayó en un precipicio, no tengo amigos, a mi familia no les importo, mi novio resultó ser un traidor y este hombre parece un psicópata o un asesino. Sé que no estoy delirando, escuché mujeres gritar cuando venía para acá, me dijo que no me meta en sus asuntos y terminé más maltratada de como estaba antes.

Pasó un rato hasta que me quedé dormida entre lágrimas, creo que dormí mucho porque la claridad ya no entraba por las regillas de la ventana. Me levanté viendo cada rincón de este lugar. Es una habitación mediana con una ventana por dónde se reflejaba el caer del sol, una cama y al lado una mesita dónde descansaba una bandeja con comida, además, un jarrón con agua y un vaso de vidrio. Me acerqué a la ventana, que no era más que un metro de ancho y largo, pero para mi sorpresa unos barrotes la protegían habiendo un vidrio que complementaba la dichosa ventana. Pude ver qué estoy al menos en un tercer piso de este lugar, solo veo césped en el jardín y caminos de concreto.

Entré por una puerta que había en la habitación, además de la de entrada. En el interior de esta había un baño y ropa doblada encima de una silla acolchada y en el espaldar una toalla. No miente al decir que quiere venderme al mejor postor, no le diera el gusto si mi cuerpo no me pidiera a gritos comer y una ducha.
Con cierto temor entre a la ducha dónde me pude relajar un poco, fregué mi cuerpo y estuve lista, hasta que escuché unos gritos, gritos desgarradores que me hicieron salir rápido del baño, me coloqué la ropa que estaba en el baño y me metí a la cama sin tocar bocado de la bandeja, tome la sábana que reposaba en la cama y cubrí mi cuerpo hasta el cuello, me causa pánico estar aquí.

Los gritos se vuelven el de solo una mujer, ¡Tengo miedo! Es imposible no tenerlo escuchando esos gritos que solo hacen alterar mi sistema. Escuché un sonido en la habitación, como si algo se hubiese caído y roto, ese sonido me hizo gritar sin poder conterlo. Un último grito de escucho y ya no hubo más sonido.

Ay no...

Los nervios, el miedo, pánico y todo lo malo se apoderó de mí, solo traté de regular mi respiración cuando escuché pasos acercarse a la puerta de la habitación que me dieron calosfríos. Cerré los ojos con fuerza cuándo escuché la puerta abrirse, mi cabello y la sábana cubrían mi rostro asustado que no quería enseñar, al menos podría hacerlo pensar que estoy dormida y así no me haría daño.

—no comiste nada T/n...

Lo escuché decir luego de unos segundos de haber entrado. Escuché sus pasos hasta que lo sentí cerca de mí, un olor a sangre recorrió mis fosas nasales, algo que hizo atraer más miedo del que sentía, intenté no temblar aunque mi cuerpo iba en mi contra.

—¡mierda! —Gruñó entre dientes. Salió cerrando la puerta otra vez.

Volví a respirar, me senté en la cama con apuro jadeando. Estaba sudando y el miedo que sentía era incontrolable. Miré mis manos y entre lágrimas me pregunté, ¿Que hice mal? ¿Acaso fuí la persona más despreciable del mundo en mi vida pasa? ¿Porque debería ser yo?

Secuestrada • [ T/n&JK ] {EDITANDO}Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt